El Auditorio Municipal de Castrelos fue testigo anoche de un evento musical inolvidable, enmarcado en la programación de Vigo en Festas, Víctor Manuel, el icónico cantautor asturiano, quien, acompañado por la Real Filharmonía de Galicia, ofreció un espectáculo cargado de emoción y nostalgia que resonará en la memoria de los asistentes durante mucho tiempo.
La dirección de la orquesta estuvo en manos del maestro Joan Albert Amargós, quien asumió la compleja tarea de adaptar las partituras para que Real Filharmonía de Galicia y el coro Gaos brillaran con luz propia sobre el escenario olívico. Un concierto singular, alejado del que el cantante ofreció en su última visita a la ciudad, que permitió que la combinación de la orquesta con la voz de Víctor Manuel creara un equilibrio en el que todos los elementos fueron protagonistas en algún momento de la velada.
Desde «Asturias» hasta la nostalgia
El concierto comenzó con «Asturias», un tema que no solo sirvió para abrir la noche, sino también para establecer el tono de lo que vendría: una fusión entre la tradición y la modernidad, entre la potencia de una orquesta sinfónica y la poesía de uno de los grandes de la canción española. Tras esta primera interpretación, Víctor Manuel aprovechó para recordar su última visita a Vigo, pero subrayó que esta noche era especial, diferente, ya que las canciones que marcaron su carrera y las que forman parte del folklore asturiano cobrarían una nueva dimensión gracias a los arreglos sinfónicos.
El público, alrededor de unas 10000 personas, de las cuales 2500 personas abarrotaron la platea convertida en esta ocasión en patio de butacas, no tardó en rendirse ante el artista. La primera gran ovación de la noche llegó con «La Madre», los aplausos arrancados acompañaban las primeras notas de «El Abuelo Vítor», un tema que anoche adquirió una nueva vida al ser interpretado con la fuerza de la Filharmonía. Pero fue con «Solo pienso en ti» cuando Castrelos se rompió en una abrumadora ovación, demostrando que esta canción es, sin duda, un himno atemporal, capaz de emocionar a jóvenes y mayores por igual.
Entre el folk y la lírica
El repertorio, cuidadosamente seleccionado, incluyó otros grandes éxitos como «Soy un corazón tendido al sol» y «Ay amor», así como piezas más ligadas al folklore asturiano como «Ayer vite en la fonte» y «Paxarino». Cada interpretación fue un viaje en el tiempo, una invitación a recordar momentos vividos o a imaginar esos tiempos para las nuevas generaciones que se acercaron al concierto con curiosidad y respeto.
Cabe decir que la voz de asturiano, como es natural, ha cambiado con los años. Su voz, ahora más temblorosa, lejos de jugar en su contra y convertirlo en un artista en el cenit de su carrera, se ha convertido en una herramienta poderosa para transmitir una presencia que va más allá de la mera técnica vocal. Es una voz que cuenta historias, que conecta directamente con la emotividad del público, y que anoche, en Castrelos, logró llevar a los asistentes a un viaje íntimo y personal.
Repertorio que conecta a una generación
El concierto, divididos en dos partes, aún combinando folklore y temas de su carrera se convirtió en un evento donde la música, la nostalgia y la emoción se entrelazaron de manera perfecta, dejando a todos los presentes con la sensación de haber sido parte de algo realmente especial.
De la mano de Víctor Manuel paseamos por «Asturias», tema con el que abrió y sonó de nuevo en el tramo final, «Danza del Cuélebre», por el «Camino de Mieres», «La Madre» o «Alla Arriba al Norte». Así, el espectáculo de Víctor Manuel en Vigo no solo fue un concierto, sino un homenaje a toda una generación y un recordatorio de que la música, banda sonora de nuestros recuerdos, tiene el poder de trascender el tiempo y las modas.