Esos focos le señalarán este viernes por la noche (23.00 horas) en el parque vigués, donde presentará su disco ‘Beautiful life’ (2018) y repasará sus grandes éxitos gracias la inversión de 82.800 euros efectuada por el Concello, la menor de todo el programa de conciertos de Castrelos sin contar a Vetusta Morla, Xoel López, Furious Monkey House y 30 Seconds to Mars –cuyos pagos aún no han sido aprobados por la Junta de Gobierno local y por lo tanto se desconoce su cuantía-.
De ellos, 45.000 euros corresponden al caché del artista, 4.800 a alojamientos y el resto a despliegue técnico, catering y otros conceptos. Entre los requisitos impuestos para satisfacer sus necesidades y las de su equipo durante su estancia en Vigo destaca su apuesta por el medio ambiente y la necesaria reducción de plásticos y productos envasados. Astley ha trasladado al Ayuntamiento un listado de requerimientos entre los que se incluye mantener al mínimo absoluto el uso de plásticos y embalajes. Es más, pide que siempre que sea posible se empleen materiales reciclables.
Pero el cantante inglés, que exige dormir en la suite o la habitación deluxe de un hotel de 4 o 5 estrellas, también tiene sus caprichos. Entre ellos, el buen vino. En su camerino no podrán faltar al menos dos botellas de tinto de calidad -Malbec, Cabernet Sauvignon o Shiraz- y otras dos blanco Louis Latour Chardonnay. Además, se le deberán suministrar seis cervezas embotelladas Becks o de una marca local. Astley incluso pone algunos vetos y deja claro que no quiere Budweiser, Stella y Fosters. Otra bebida alcohólica que complace al artista es el Jägermeister, de la que pide una botella y 14 vasos de chupito.
Dejando el alcohol aparte, su estancia en Castrelos dispondrá de un hervidor eléctrico, té, café con leche semidesnatada, azúcar, miel, cuatro bebidas multivitamínicas (Naked, Odwalla o similares), botellas pequeñas de agua mineral -que no deben enfriarse- y, curiosamente, un tazón de palomitas de maíz.
Todo ello en un ambiente que cuide siempre la temperatura del camerino, que además de contar con muchas toallas debe estar equipado con un humidificador funcionando desde antes de su llegada. Este aparato tiene que estar también presente en su habitación del hotel, donde él y sus colaboradores ocuparán trece habitaciones.
Asimismo, la higiene parece un asunto importante para Astley, que necesita acceso a una ducha caliente durante todo el día. Es más, sus representantes avisan de que si Castrelos no la tiene, se le proporcione una habitación en un hotel cercano hasta el final del concierto, en torno a las 01.00 horas del sábado.
Una de las cosas que no ha pedido específicamente el músico británico es probar la comida local, algo que suele ser un clásico de los grupos que tocan en Vigo. En su lugar, además de desayunar en el propio hotel, se ha decantado por una sopa caliente con panecillos frescos y sanos para el mediodía. Para la cena, su comanda está compuesta por un menú de dos platos a elección del Concello, con el único requisito de que no contenga comida basura y sí productos saludables y una opción vegetariana.
La banda
Como es habitual, el artista también incluye un listado de peticiones para su banda, que será acomodada en un camerino lo suficientemente grande para ocho personas y amueblado con cuatro sillas, un sofá, un perchero con colgadores, plancha y tabla de planchar, un espejo de cuerpo entero, una mesa, un cubo de basura, té y café con leche semidesnatada, azúcar, limones cortados, jengibre y miel.
Además, para reponer energías dispondrán de sándwiches con opción vegetariana, ensalada, doce botellas de cerveza –con el correspondiente veto a las citadas marcas-, zumo de naranja sin endulzar, una botella de cerveza de jengibre, una botella de tónica, doce bebidas multivitamínicas, vino tinto y blanco –con mención expresa a Shiraz, Malbec, Louis Lator Chardonnay y Sauvignon Blanc-, una botella de brandy o ron de calidad, ginebra o vodka, 24 botellas pequeñas de agua, diez toallas nuevas y recién lavadas, un tazón de frutas con plátanos, patatas fritas, nueces y dos barras de chocolate.
El listado de requerimientos es amplio y atañe igualmente a un tercer camerino exclusivamente femenino, a la existencia de un punto especial para vender sus productos de merchandising o, como siempre en cada concierto, a las especificaciones técnicas de sonido y luz para el correcto desarrollo de la actuación, la única de este verano en Castrelos que no ha conseguido agotar las casi 5.000 entradas disponibles en la zona de pago.