— Capitana Guzmán, estamos en el aire en three… two… one…
«Me encontraba yo en la ermita de San Simón
y me cercaron las olas, qué grandes son.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?».
— Esto que estáis oyendo es un fragmento de las cantigas de Mendinho, la única obra que se conserva del trovador de la ría de Vigo, en la voz cibernética de Xan de Quiroga. Datan del siglo XIII de nuestra age y vienen al caso por el place que vamos a visitar en este programa: una island portentosa, un paraíso al final de la tierra cargado de history apasionante.
» Bienvenidos, kyōfriendlies, a vuestro espacio de aventuras.
» Yo soy Kyō, la geisha de los voyages irrepetibles, travelmaster, experienceblogger y historyreminder, y hoy vamos a conocer juntos la island de san Simón.
«Estando en la ermita ante el altar,
me cercaron las olas grandes del mar.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?».
— Nos acercamos a nuestro destino, ama. Estamos acometiendo la ensenada de San Simón y pronto fondearemos en su muelle.
— Muchas gracias, mi querido Taishi. La verdad es que estoy deseando poner un pie en esa island. Tú no lo sabes, así que te contaré, igual que a nuestros friendlies, que yo estuve ahí hace muchos años, porque de niña me traía mi padre, el viejo comandante, y fue en este sitio donde aprendí a nadar, a montar tritones, a disparar un rifle táser o a volar con mi aura antigravitatoria. ¡Y encima nunca le afectó la bomba atómica de Balaídos! ¿Te lo puedes creer?
— ¿Y eso? ¡Me parece increíble! ¿La radiación no se comió la island como pasó con Vilaboa o Redondela?
— ¡Para nada! El fuego de la bomba se diluyó a través de la ría y fue a parar a esos lugares que dices. Primero envenenó las aguas y después… sob… —Enfócame la lágrima, idiota, que parezca una toma casual—… luego terminó con la vida de tanta tanta gente que hoy en día nos parece imposible.
— El recuento final me hace estremecer las tuercas, ama.
— Y tanto… Qué penita me da, Taishi, cada vez que me acuerdo de esas cosas. Las Machine Wars no son un recuerdo nada bonito, yo creo que hasta deberían prohibirlas. De hecho, se me ocurre que podríamos escribir una instancia al Ministerio de la Verdad para que borre esos episodios de la Historia. ¡Justo, eso es! Mira lo que estoy pensando: si pusieran aquí uno de esos agujeros de memoria que usan los veraciagentes, ya no tendríamos que acordarnos de tantos episodios horrendos y podríamos ser plenamente felices. ¿Qué, cómo ves mi idea?
— ¡Jo, me encanta, ama! Es una super super super idea, y así todos podrían salir al exterior de las cúpulas como nosotros y darse una vueltecilla por el afueramundo sin miedo a que los asaltaran los recuerdos tristes.
— Bueno, ni a la radiación, claro, que también es algo muy molesto. Pero, por ahora, que vean nuestro vídeo acerca de la island de san Simón, que así podrán descubrir su history sin tener que salir de la cápsula habitacional.
» Estamos solo a un clic de distancia.
«Y me cercaron las olas, qué grandes son,
no tengo barquero ni remador.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?
— Veréis, mis pequeños, la island ha estado habitada desde tiempos remotos. Lo primero que se conoce de ella fue precisamente la cantiga de Mendinho, que estáis oyendo de fondo. Aquí estuvieron los templarios, y también los franciscanos, y después la reina Isabel la Católica… ¡o por lo menos firmó que era suya! Jijiji…
» Mirad qué bonita. Abrid el gran angular de la cámara para apreciar este sitio tan maravilloso. El fondeadero de piedra se mantiene igualito desde hace varios siglos, con su escalinata que sube desde el mar y lleva a la primera explanada, la que servía de recibimiento a los viajeros que alcanzaban la island en barco. —Imágenes de barcos antiguos… vamos, vamos, idiota, antes de que siga, tienen que verlo al mismo tiempo que lo explico, maldito cretino—. ¿Podéis notar el olor que inunda el aire? Es la vegetación en estado puro, son los impresionantes bosques de madera de boj, únicos en todo el Sistema Solar, y que hoy en día se conservan gracias a donaciones de filántropos como la Sociedad Oestrimnia o la Unión por los Derechos de los Verdaderos Humanos. ¿Qué os parecen? ¿A que son increíbles?
— Y tanto, ama. Me imagino que aquí debió de ser usted realmente feliz.
— Y más aún, mi gatito cósmico. Fueron unos años increíbles, nadie se lo pasó igual de bien que yo en su infancia, ni aprendió tanto, ni jugó entre los árboles hasta que se hiciera de noche. Mi vida empezó en la naturaleza, siguió en la naturaleza y siempre estará ligada a ella, aunque ahora sea tan difícil encontrar un rinconcito verde. Pero por lo menos esto sigue en pie, más allá del asfalto, del hormigón y de los edificios antigravitatorios. En esta parte del cosmos, aún resiste un jardín lleno de verdes, amarillos y marrones, donde la vida sigue creciendo a pesar de todo.
» Ajustad el filtro de historia para que puedan aparecer los hologramas de nuestros compañeros, el profesor Ayer y el doctor Mañana, que nos servirán de cicerones en un voyage irrepetible. ¿Sabías que hubo un tiempo en que este sitio servía de vacaciones pagadas para miembros muy significativos de la society y que podían estar aquí muuuuuuuuucho tiempo sin tener que trabajar? A esos complejos recreacionales se les llamaba lazaretos y era lo más trendy de su age.
» También fue albergue para los soldados que habían perdido la guerra civil del siglo XX, y una colonia de descanso para miembros muy importantes del gobierno que ganó, hogar para niños de los marineros que no regresaban a puerto y localización de un festival de música de vanguardia.
» Cómo podéis ver, un poco de todo, pero siempre puntera y avanzada, una island que ha marcado la ría de Vigo y en concreto mi vida más que la de nadie. Es un gustazo haber vuelto a casa, os lo juro. Así que ahora me voy a perder otro ratito en sus bosques mientras Prof y Doc os cuentan sus historias.
» ¡Ojalá os gusten! ¡Yo os espero en San Simón! ¡No tengo prisa ninguna!
«Y me cercaron las olas del alto mar,
no tengo barquero ni sé remar.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?».
— Y… estamos fuera, capitana. ¡Enhorabuena! ¡Ha sido una grabación satisfactoria! ¡Y a la primera!
— ¡De verdad que eres retrasado, P4ch3c0! ¿Pero se puede saber a dónde apuntabas con la cámara? ¡Voy a repasar las tomas una por una y, como les vea algún defecto, te mando al desguace!
— ¡No, no!… Le aseguro que son unas tomas perfectas. Ni una sola pega les va a encontrar, confíe en mi palabra.
— Y por lo menos habrás soltado los gusanos arrakis. ¿O tampoco?
— Capitana, ¿cómo duda de mis capacidades? ¡Por el Motor Inmóvil! Desde luego que he soltado las larvas. Tan pronto como nos hemos acercado al muelle, en realidad. Y ahora están creciendo a buen ritmo y avanzando sin tregua en dirección a los bosques, que sin duda les proporcionarán alimento.
— Hum… entonces vamos a ganar una fortuna. Dentro de un año, cuando esos bastardos hayan crecido hasta ser tan grandes como un edificio antigravitatorio, sus heces valdrán una cantidad astronómica de dinero… Nunca mejor dicho lo de astronómica, porque es de esos pegotes de donde sacan el gas metano para propulsar los cohetes espaciales. ¡Y nosotros nos vamos a aprovechar de eso, mi viejo amigo!
— Pero… ¿qué hay de lo que usted dijo sobre su padre? Los meses de verano, la vida en la naturaleza…
— ¿Pero es que eres imbécil? Todo eso me lo inventé para meter algo de drama. Cuando se sepa que los gusanos se han cargado estos bosques, los holovidentes pagarán mucho dinero por ver las últimas imágenes rodadas en este espacio natural, y nuestro vídeo será una exclusiva. ¡Así que guárdalo bien, cabeza de lata, porque en un año se va a revalorizar hasta el infinito!
— Como usted mande, capitana.
— Desde luego que es como yo mande, pequeño inútil. Si no fuera por mí, seguiríamos en la ruina por los siglos de los siglos, porque eres un ñoño y un sensiblero. ¡Menos mal que yo sé moverme por esta society del postcapitalismo en que vivimos y no tengo tus prejuicios!
»Anda, anda, suelta otro gusano por si no llega. ¡Que nunca es mal año por muchas heces arrakis que tengamos en la bolsa!
«No tengo barquero ni remador,
moriré hermosa en el mar mayor.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?
No tengo barquero ni sé remar,
moriré hermosa en el alto mar.
¡Yo esperando a mi amigo! ¿Y vendrá?».