Nos creemos unos expertos tras hacer unas series y acumular kilómetros y kilómetros pero, realmente, no sabemos casi nada de los principios básicos a la hora de sacar el máximo rendimiento a las zancadas. Y es que como afirma la entrenadora de cabecera de esta sección, Noite Fernández, «pisan bien los que lo hacen de forma natural y pocos más».
Por lo tanto, vamos con una pequeña sesión de introducción a la técnica de carrera aunque, ante todo, tranquilidad, porque puede ser que no hagas nada bien. No te preocupes, que siempre se puede mejorar.
- Apoyo en cada zancada con el metatarso. Justo donde terminan los dedos y comienza el pie. Ahí, en esas durezas es donde se tiene que realizar la pisada por muchos motivos. Los dos fundamentales son rapidez y durabilidad. Rapidez. porque está demostrado que si se realiza el apoyo en esa zona el pie pasa muchos menos tiempo en el suelo y sale más veloz hacia el siguiente paso. Durabilidad, porque se amortigua el impacto y se evitan lesiones.
- La norma de oro. El talón, prohibido. Todos lo hacemos y todos apoyamos con el talón en nuestra zancada. Estiramos la pierna, ampliamos el paso y venga impacto sobre rodilla y cadera… Consecuencia: aumento notable de las probabilidades de lesión. Además, cada pisada con el talón provoca un freno y la correspondiente pérdida de velocidad (yo tampoco lo sabía). Cierto, somos corredores de fondo y apoyar con el metatarso siempre se hace complicado pero intentemos ir hacia la media suela, por lo menos.
- Pisar más atrás, en el eje de gravedad. Suena a chino o cienca aficción. Todos tratamos de estirar la zancada y hacerla larga para ir más rápido, pero resulta que lo ideal es apoyar con el pie a la altura de nuestro centro de gravedad, situado a la altura de la cadera, para mantener la velocidad y facilitar el impulso.
- Recoger la pierna libre con el talón cerca del culete (aunque hay teorías). La técnica de carrera indica esto porque es más fácil acudir a la siguiente zancada, pero también es cierto que produce un mayor desgaste en las pruebas de fondo. Deberá buscarse el equilibrio entre la técnica correcta y efectiva de pasar el talón cerca del trasero y la económica de evitar muchos movimientos.
- Braceo. Acompasado sin tensiones y llevando un pajarillo en la mano. Es decir, paralelo al cuerpo, sin meter los brazos delante del pecho (para evitar rotaciones del tronco y desviación del impulso). Unos noventa grados de doblez en el codo, que los dos brazos lleven el mismo movimiento y las manos con cierta tensión pero sin apretar los puños. Lo del pajarillo, que parezca que llevamos un mirlo sujeto, pero sin ahogarlo.
- Cabeza erguida, cuerpo erguido. Andar elegante. No se recomienda mirar al suelo y tampoco eviar el cuerpo hacia adelante. Poner la vista a unos cinco o diez metros más allá de tu posición y correr así, sin encogerse. Sin no calculas los diez metros, siempre puedes fijarte en el pelotón de delante. Vale, en un trail esto no se puede hacer porque lo normal es que comas una raíz y termines con unas hojas en la boca. Es igual que en las subidas, donde el cuerpo se inclina un poco hacia adelante para hacerlas más fácil. Existen las excepciones.
Estás entre hacer una o ninguna de estas recomendaciones. Sí, ya somos dos o dos mil, pero nunca es tarde para intentar mejorar un poco y tratar de hacer algo medio bien. Aunque todo estos pueden ser consejos inútiles si no realizas un ejercicio que puede ser lo más sencillo y efectivo. Haz un pequeño vídeo corriendo o busca los consejos de un entrenador de carrera. Porque, básicamente, con la vista al frente no podemos observar nuestra técnica de carrera. Puedo contemplar al que tengo delante, pero la mía, es un poco complicado. Antes de mejorar, hay que conocer los errores.