¿Ve al equipo preparado para el partido del sábado?
El equipo ha ido más semana a semana, aunque no se haya traducido en victorias. Quizás en los partidos de casa no hemos estado a la altura, aunque las derrotas han sido ante rivales que ahora están ahí arriba y que sabemos que son candidatos a la fase de ascenso. Viene Arxil, que es un equipo que ha hecho un inicio de temporada excelente, que tiene solo una derrota y ha ganado en campos muy complicados. Lo afrontamos con el máximo respeto y la intención de que no se vaya más partido.
¿Sirve como refuerzo anímico el buen partido que hicieron la pasada jornada, en la que pusieron contra las cuerdas al líder a domicilio?
Fue un partido que reflejó el trabajo que venimos haciendo durante la semana. El equipo ha mejorado en aspectos en los que no estaba dando la talla y que la competición requiere. Quizás nos falta mejorar en aspectos defensivos. Pero jugar en la pista del líder y tener opciones de victoria hasta falta de cuatro o cinco minutos sí que fue un refuerzo anímico, aunque fue una lástima tenerlo tan cerca y no sumar una victoria.
En el segundo cuarto, su equipo rozó la perfección.
Fue un partido muy extraño. Empezamos con un 20-4 en contra y a partir de ahí hicimos un 0-28 a favor. Es raro que una competición sénior se den parciales de ese tipo. El segundo cuarto fue muy bueno e incluso el tercero también porque esperábamos una reacción del líder en cualquier momento y fuimos capaces de aguantar. Luego, el último cuarto se nos hizo muy largo. Quizás sí, el segundo cuarto posiblemente hayan sido los mejores diez minutos de la temporada.
¿Qué partido le espera a su equipo ante el Arxil?
Es un rival al que respetamos muchísimo, un clásico de Liga Femenina 2. Ha ido consolidando una plantilla que tira a veterana y que se sustenta en sus dos extranjeras. Haber llegado la jornada ocho con solo una derrota, sobre todo habiendo ganado tres partidos difíciles fuera de casa, es una carta de presentación importante. Es un partido de rivalidad en el que nos conocemos mucho. Tiene todos los alicientes para ser un partido entretenido.
Su presidente, Paco Araújo, espera que el Celta Selmark se meta en ‘play-off’, ya que así se vería premiado el trabajo de sus jugadoras.
Es una evolución lógica de este proyecto en los últimos tres años. Esta es la tercera temporada en Liga Femenina 2. El planteamiento ha sido dar un pasito cada temporada y en las dos últimas nos quedamos en el quinto puesto, el anterior a la fase de ascenso. El objetivo este año es estar entre los cuatro primeros. Pero sí es cierto que este año afrontamos una liga muy igualada. Los dos años anteriores estaba más partida. Esto es muy largo, quedan catorce partidos. Aunque sí que hemos perdido un poco el comodín de Navia y tenemos que recuperarlo. En las dos últimas temporadas era muy difícil ganarnos aquí. Esta temporada, el segundo rival se llevó el triunfo y el siguiente también. Es algo que hemos convertido en prioritario. Tenemos que sacar adelante los partidos de casa, porque es una liga en la que ganar fuera es muy complicado.
¿Está satisfecho con la evolución de sus jugadoras?
Es un grupo que trabaja muy bien semanalmente. Las jóvenes están educadas en una dinámica de club desde los últimos seis o siete años. Y las que no son de aquí ayudan mucho, son jugadoras esforzadas. No hay queja respecto al trabajo diario y a lo que es la evolución del equipo. Quizás la pretemporada se nos hizo un poco larga y deberíamos haber estado en un punto mejor al inicio de la competición. Hemos empezado a ajustar cosas, a encontrar una versión mejor, y este grupo siempre ha hecho las segundas vueltas mejor que las primeras. Estás obligado cada sábado a dar lo mejor de ti y, sobre todo, a no cometer muchos errores porque los equipos te castigan en esta categoría.
Hace unas temporadas tomaron la decisión traumática de renunciar a la máxima categoría con la intención de sanear el club. ¿Esta política está dando ya sus frutos?
Somos todos conscientes de que era irnos a casa o intentar esto que estamos haciendo. Hay muchas niñas jugando al baloncesto con la camiseta del Celta. Ahora mismo el club tiene 230 jugadoras. Es cierto que no estamos en la máxima categoría, que nos gustaría que el equipo referencia recuperara el espacio que perdió, pero los cimientos que hemos intentado reforzar es lo que le tiene que dar solidez al club en un futuro inmediato. La lección era clara: era esto o morir. Hemos encontrado mucho respaldo a nivel social. En su día, fue muy difícil, porque Vigo siempre tuvo baloncesto en la máxima categoría. Plantearnos aquello, sobre todo de cara al exterior, era complicado. ‘Cómo el Celta no va a estar en la máxima categoría’, pensarían. Pero había una prioridad por encima de todo, que el Celta subsistiera y que Vigo siguiera contando con baloncesto femenino. No era sencillo, porque no sabíamos la respuesta que habría. Apostamos por un grupo de jugadoras jóvenes, que en aquel momento tenían 13, 14 o 15 años, que son las que ahora mismo conforman la primera plantilla. Fue una elección difícil, pero teníamos claro que la intención era que el Celta siguiese siendo el símbolo del deporte femenino en Vigo. Había que bajar a la tierra, coger impulso e intentar algún día volver al sitio que, posiblemente, le corresponde al baloncesto femenino de Vigo.