Con 2015 ha llegado la resurrección del Celta Selmark. Ha ganado seis de los siete partidos disputados este año -solo perdió hace tres jornadas ante el líder, el Ensino- y el objetivo marcado a principio de temporada vuelve a ser posible. Pero para que lo siga siendo, es imprescindible ganar al Cortegada. «Estamos muy concienciadas. Sabemos que nos lo jugamos prácticamente todo este sábado ante un gran equipo. Si no ganamos en Vilagarcía, no habrá servido de nada lo que hemos hecho», explica Marta Canella.
La joven jugadora de Baiona es optimista. Y no lo es de una manera irracional, para afirmarlo se basa en lo ocurrido hace dos jornadas. El Celta Selmark se presentó en León para jugar con otro de los equipos implicados en esta lucha. Sabían que, al igual que ocurre ahora, una derrota las apartaría de su meta. El conjunto vigués ganó y lo hizo con solvencia. «Las sensaciones en el vestuario son muy buenas. Afrontamos el partido de León con mucha ilusión, con el equipo muy unido, y volvimos a demostrar que podemos ganarle a cualquier rival. En Vilagarcía tenemos que hacer lo mismo», asegura.
El equipo sufrió una mutación completa en el parón navideño, al que las jugadoras se marcharon decaídas tras encadenar una serie de malos partidos y, sobre todo, encajar una dolorosa derrota ante el Arxil en la prórroga con la que cerraron 2014. Es complicado averiguar cuáles han sido las claves que han motivado este cambio radical, ni siquiera en el vestuario están muy seguras de qué ha pasado. «Es una incógnita. Estamos entrenando igual que lo hacíamos antes. El trabajo era bueno, pero no llegaban los resultados», dice Canella, que celebra que haya llegado esta reacción a tiempo: «En enero jugamos partidos que iban a decidir cuál iba a ser nuestro futuro, si estar en la zona media baja o en la media alta. Por suerte, ganamos y ahora podemos luchar por la cuarta plaza».
Para Marta Canella esta está siendo una temporada «diferente». A sus casi 20 años, es una de las jugadoras con más peso dentro del jovencísimo vestuario celeste y le ha tocado asumir responsabilidades que pueden ser algo ingratas: «Por circunstancias del equipo, tuve que pasar a jugar en una posición que no es la mía y, numéricamente, no he aportado tanto. He tenido que readaptarme un poquito. En los últimos partidos he vuelto al puesto de base, que es mi puesto natural, y estoy más cómoda. Pero lo importante es aportar al equipo».
El objetivo de la temporada está claro: meterse en el ‘play-off’ de ascenso. Pero qué pasará si lo consiguen. Subir a Liga Femenina sigue pareciendo una meta muy ambiciosa. «La verdad es que ni hemos pensado en eso. Tampoco queremos ir mucho más allá, pero si nos clasificamos, iremos a la fase a por todas, a competir contra grandes equipos», explica Canella, que sueña con que Vigo vuelva a contar con equipo en la máxima categoría del baloncesto español. De momento, esto todavía está lejos.