El conjunto vigués derrotó en la jornada inaugural al Basketmar de Gijón (60-39) en un choque al que a las celtistas les costó entrar en el partido en un inicio, debido a los nervios iniciales del primer partido de la competición. Tras una primera parte de máxima igualdad, el paso por vestuarios vino bien al conjunto dirigido por Cristina Cantero y Nacho Silva, que pudieron corregir errores y darle otro aire al equipo. En la reanudación el equipo estuvo mucho más presente en defensa y, con un juego más fluido en ataque, consiguió un parcial a favor que les permitió llegar al final del partido con una amplia ventaja en el marcador.
El Celta se enfrentó esta mañana del lunes al Perfumerías Avenida (75-48), un equipo histórico y del que nunca se puede esperar que tenga un mal partido. Las célticas sabían que este partido marcaría el rumbo de la competión, por lo que lo afrontaron desde el inicio con la intensidad y concentración adecuadas para un encuentro de estas características. Las júnior viguesas consiguieron dominar el partido desde la defensa, que permitió a las campeonas gallegas correr la pista y anotar con facilidad, abriendo así las primeras brechas en el marcador. Las salmantinas buscaban alternancias defensivas, pero las olívicas supieron atacar las diferentes defensas propuestas por su rival. Las de Cantero y Silva supieron controlar en todo momento a las jugadores claves del equipo rival, aumentando la diferencia hasta casi los treinta puntos de ventaja.
En la mañana del próximo martes las viguesas se enfrentarán al Ros Casares, otro histórico del baloncesto nacional, que a su vez está también en octavos de final al haber sumado dos victorias. Este encuentro determinará quién pasa como primero y segundo del grupo E del torneo, clave para evitar al favorito al título, el Rivas de Madrid, que se encuentra en el grupo F. Si las viguesas vencen a las valencianas, tendrán unos cruces más cómodos, a priori, para seguir avanzando en el campeonato.