A nadie le gustan las despedidas. Decir adiós es uno de los momentos más difíciles a los que se tiene que enfrentar un ser humano. Pero todos sabemos que es algo inevitable. Y hoy es uno de esos días en los que duele decir adiós. El Iberconsa dejará de contar desde esta temporada con uno de sus referentes históricos. Uno de esos jugadores que marcan etapas. Un jugador franquicia. Un hombre que venía de paso y se quedó para forjar un legado. Un nombre: Lorenzo Envó.
Con Envó cambió todo. Corría la temporada 2002-2003. El equipo acababa de ascender a la máxima categoría de la competición. Lo que en un principio parecía un año de transición se convirtió en un cuarto puesto en la liga y un quinto puesto en la Copa del Rey. Pero lo más importante de aquella temporada fue constatar que el equipo había llegado a la División de Honor para quedarse.
Entre los fichajes que reforzaban el proyecto en aquellos días se encontraba Lorenzo Envó, un jugador con 24 años recién cumplidos, que llegaba desde Sevilla con la idea de competir en Vigo aquella temporada. “La verdad es que no sabíamos hasta dónde podíamos llegar”, cuenta Envó. “En cuanto entré en el club entendí que la idea era salir a competir en la primera categoría y mantenernos. El reto estaba en enfrentarse a los equipos ya consolidados de la categoría y no descender. Y al final, eso fue lo que hicimos. Y lo hicimos jugando cada partido de aquella temporada como si fuera una final.”
Desde ese momento y durante más de quince años, Lorenzo Envó fue sinónimo del club. Si exceptuamos la temporada 11/12 en la que Lorenzó probó suerte en las canchas de Bilbao, no ha habido temporada en la que Envó no se haya enfundado el uniforme del Amfiv para seguir defendiendo los colores del equipo en la máxima categoría española del baloncesto en silla. Y todo comenzó con la llamada del entonces presidente Pablo Beiro que lo invitó a unirse al proyecto. “Conocía a Berni Costas y a David Mouriz de la Selección Sub-21 y en aquel momento quería moverme. Sabía que el equipo necesitaba a un jugador. Mi idea era irme a Canarias pero recibí la llamada de Pablo”.
En las palabras de Envó, uno puede notar una emoción especial cuando se menciona el nombre de Pablo Beiro. “Para mí Pablo es un referente en Vigo. Ya no sólo por tener el equipo de baloncesto sino por todo el trabajo que alrededor de él realizó Pablo con el resto de la directiva. El inicio del equipo refleja muchos valores: la adaptación de la ciudad a nuestras necesidades, el acercamiento del deporte de integración al resto de las personas que para muchos era desconocido,… Gracias a la labor y a la asiduidad en el trabajo del Iberconsa Amfiv hemos acercado más nuestro mundo a la ciudadanía, les hemos abierto más los ojos y han visto que nuestra actividad deportiva no es tan diferente de otras.”
Tampoco se olvida Envó de la promesa que le hizo en su día al entonces presidente Pablo Beiro: no marcharse del club antes de conseguir un título. “El recuerdo más grande que tengo es el haber conseguido el objetivo que quería Pablo, que era la competición europea. La verdad que fue con la que más me emocioné y la que me llevo con más cariño”, recuerda Envó. “No lo pudo ver, pero al final lo conseguimos y supongo que habrá disfrutado, no sé dónde, donde quiera que esté”.
Carpe Diem
Lorenzo Envó ha encarado su vida deportiva con un lema claro: “Carpe Diem”. De hecho, cuando le preguntas por la temporada en la que empezó en el club, no consigue recordar exactamente la fecha. “Yo no soy el típico jugador que tiene registrado sus datos. Hay jugadores que anotan los puntos que han conseguido al finalizar un partido o que ganan un título y lo apuntan. Yo para eso siempre fui muy dejado”, comenta entre risas. “Soy más de vivir el momento. De hecho a veces tengo hablado con algún compañero y son ellos los que me recuerdan que llevo en Vigo 14 o 15 años”.
Lo que es indiscutible es que, a base de vivir el momento, Lorenzó Envó se ha convertido en los últimos 17 años en un símbolo del deporte en la ciudad de Vigo. Un símbolo que ha dejado un legado tras de sí del que sentirse muy orgulloso. “Yo estoy orgulloso de haber cogido un equipo que subía, de haberlo mantenido y, ahora que lo dejo, ver que queda un equipo consolidado. Un equipo que pelea por competiciones europeas y un equipo que puede pelear con cualquiera de los equipos de arriba. Ése es mi orgullo”.
Orgulloso también se siente el presidente del del Iberconsa, José Antonio Beiro, que ve como se retira una de las franquicias del equipo dejando un gran legado a la entidad y a la ciudad. “Un momento duro para toda la familia del Iberconsa Amfiv. Sin duda, Lorenzo ha sido y será una de las personas más importantes en la historia de este club. Si Berni fue un referente en cuanto a que podíamos sacar jugadores desde abajo, como por ejemplo Agustín Alejos, Lorenzo nos ha enseñado a dar un pasito más hacia la profesionalización del Club. Creo que su garra y su ímpetu han hecho que nos creyésemos que con dedicación, sacrificio y esfuerzo podíamos sacar esto adelante; que no todo era dinero, que esto era algo más que un grupo de amigos que nos juntábamos para practicar deporte. Lorenzo ha sido quien nos ha hecho creer que podíamos ganar algún título y que podíamos luchar contra todos para conseguirlo, y así fue. Nos ha hecho grandes en España y grandes en Europa con la consecución de un subcampeonato de Copa del Rey, innumerables subcampeonatos de Europa y el tan ansiado título Europeo conseguido en nuestra ciudad”, declara Beiro. “Él nos hizo creer que no nos hacían falta presupuestos altos para pelear por los títulos. Lorenzo nos ha enseñado que, a falta de dinero, necesitábamos entrenar más y mejor que el resto para conseguir las cosas y así lo hemos hecho y así lo seguiremos haciendo. Sin duda, ha cambiado la historia de este club y sin duda, seguiremos aplicando lo que nos ha enseñado. Trabajo, esfuerzo y sacrificio. Eso es lo que mejor define al mejor jugador de la historia de este club”.
El fin de una era
Con la marcha de Lorenzo Envó se pone fin a una era dentro del equipo que ha contado con el guineano como referente desde aquella temporada del ascenso. Él es conocedor del cariño y el agradecimiento que se lleva, no sólo por parte del club, sino también por parte de los aficionados del Iberconsa Amfiv. Por este motivo, Lorenzo no quiere cerrar esta etapa sin dirigirse a esa afición que lo lleva apoyando los últimos 17 años.
“A la afición tengo que darle un millón de gracias”, apunta Lorenzo. “También quiero acordarme de la gente que trabaja en los pabellones que también me han ayudado muchísimo durante los partidos y en mis entrenamientos. Quiero darle un saludo especial a toda la gente de la zona de Bouzas y de Coia que siempre han tenido palabras de ánimo y han valorado el esfuerzo. Es gente que te ha visto entrenar y que después se ha acercado y te han dicho cosas como `¡Este chaval cómo se lo curra!´. Mil gracias por estar siempre ahí”.
Y es en este momento cuando Envó también quiere dejar un mensaje a los aficionados pensando en el futuro del club. “Paciencia porque ahora vienen momentos difíciles de temporada donde los clubes se están reestructurando y cada uno cuenta con las posibilidades económicas que tiene. Supongo que los calendarios tampoco van a ser fáciles para que la gente que sigue este deporte lo pueda seguir como venía haciéndolo pero, a pesar de todo, espero que no dejéis de seguir apoyando al club”.
“Siempre los llevaré en el corazón. Gracias por lo que han hecho por mí. Gracias por haberme hecho crecer. Gracias a una ciudad a la que llegaba de paso y se acabó convirtiendo en mi casa”.