Cerillo no estaba satisfecho con su rendimiento en los últimos partidos y necesitaba un encuentro como el de este sábado. «No tenías problemas físicos, pero no me estaba encontrando cómodo en la pista. En el último mes y medio, no estaba rindiendo como tenía que rendir. Contra el Bordils, a pesar de la derrota, me sentí mucho mejor y este sábado me salió un buen partido».
El extremo rojillo sabe que es clave que los jugadores más veteranos de la plantilla ofrezcan su mejor versión, pero asegura que la victoria en Zarautz llegó gracias a un gran trabajo coral y a una inteligente maniobra de Jabato desde el banquillo: «Cambiamos la defensa y en vez de salir con el 5-1 habitual, lo hicimos con 6-0. Esto le sorprendió al Amenabar y nos permitió hacer una gran primera parte porque también jugamos con fluidez ataque».
Precisamente la sorpresa está siendo una gran aliada del Octavio esta campaña. Nadie se esperaba su gran inicio de curso y con la primera vuelta ya concluida aún se guarda ases en la manga. Quizás, la asignatura pendiente sea la regularidad. «Nuestro equipo tiene estas cosas. El sábado, por ejemplo, jugó de titular Álex Conde, que no estaba teniendo muchos minutos, e hizo un partidazo en defensa. Y también fue importante en ataque Rubén Figueirido. La plantilla tiene estas cosas, que nunca deja de sorprenderte. Se puede decir que somos capaces de lo mejor y de lo peor. Solo nos falta tener un poquito más de regularidad», explica Cerillo.
Tras la victoria ante el Amenabar, el Octavio ha ampliado su colchón con el descenso a siete puntos. Cerillo cree que esto les dará tranquilidad de cara a la segunda vuelta: «Teníamos claro que nuestro comienzo de temporada no era muy real, como tampoco lo fue la pretemporada, pero después de cinco derrotas seguidas este triunfo nos da mucha moral y podrá servir para que los jóvenes sigan creciendo». La segunda vuelta comienza para el Octavio el próximo sábado en la pista del filial del Barcelona.