Cuando asumió el reto de entrenar al Octavio este verano, Jabato sabía que sería un proyecto austero basado en la cantera. Por tanto, el técnico acepta de buen grado que no haya fichajes este invierno, porque sabe cuál es la prioridad del club: «No me voy a volver loco porque venga alguien. Hemos apostado por la austeridad y así debe ser».
La plantilla del Octavio, además de joven y poco experimentada, es muy corta. Y lo es todavía más después de la ‘fuga’ del chileno Francisco Salazar. Además, de Molins, que ha estado ausente desde hace unos meses con permiso del club, ya no se espera que vuelva. Estas dos bajas dejan cojo al club vigués y los que están tendrán que multiplicar.
La situación aún no es alarmante porque el Octavio es noveno con 12 puntos, aún lejos de los puestos de descenso. No obstante, el equipo está obligado a reaccionar. Jabato cree que el parón navideño puede haber sido beneficioso para sus jugadores. «Nos ha venido bien desconectar y llevamos ya dos semanas trabajando haciendo una ‘mini-pretemporada’. Estamos aprovechando para limar errores y que el nivel suba un poco más», explica Jabato. Este domingo, ante el Bordils, se podrá comprobar si hay mejoría.