El once del Celta fue más o menos el esperado. La única sorpresa, y muy ligera, fue la presencia de ‘Tucu’ Hernández, en el que Berizzo sigue confiando a pies juntillas. El tridente formado por Orellana, Santi Mina y Charles sería el encargado de intentar acabar con la sequía celeste. El partido, como ya había ocurrido en Málaga, empezó bien para el Celta. Se adueñó del balón y llegó a la portería rival con peligro. Así, Cabral, cuando aún no se había cumplido el minuto 2 de juego, dispuso de la primera ocasión. Más clara fue la de Santi Mina en el 5 al finalizar una contra. Beto atajó el balón e inició un nuevo contragolpe, esta vez del Sevilla. El ex céltico Denis se topó con Sergio en la finalización.
El Celta era el amo y señor del balón y del partido. El Sevilla trataba de presionar, pero solo lograba cortar el juego celeste a base de faltas. Sin embargo, las buenas sensaciones se estrellaron con el mismo problema de siempre: la falta de pegada. Charles dispuso de dos ocasiones en apenas 30 segundos. La primera, tras una buena combinación en la frontal entre Radoja, Mina y Orellana. El balón llegó al brasileño, algo escorado a la izquierda, y no fue capaz de batir a Beto. La segunda llegó tras un fallo en el despeje de Carriço, que le cedió el balón a Charles dentro del área. Nico Pareja corrigió el error de su compañero rebañando el esférico antes de que el delantero céltico llegase a disparar. El partido era de tal color visitante, que Emery hizo que varios jugadores sevillistas calentaran en la banda cuando no se había cumplido el cuarto de hora del encuentro.
Pero el mal fario celeste no se limita solo al gol, también afecta a los colegiados. De nuevo, otra decisión arbitral perjudicó al Celta. Tras un lanzamiento de falta a favor de los vigueses, el Sevilla armó la contra. Denis se marchaba con el balón controlado y Planas decidió cortar por lo sano con una expeditiva entrada. A Velasco Carballo le pareció desmedido el ímpetu del lateral y le mostró la roja directa. Una expulsión muy rigurosa con más de una hora de juego por delante.
Berizzo decidió recomponer la defensa dando entrada en el campo a Jonny y, sorprendentemente, el sacrificado fue Charles. La decisión del técnico se entiende pensando en el futuro. La ausencia de Larrivey en los próximos tres encuentros, convierte en indispensable al brasileño, en el delantero de referencia. Prefirió reservarlo para próximas batallas y que fuera Santi Mina el que se curtiese en el Sánchez Pizjuán.
Y no fue mala decisión. A pesar del mazazo que supone verse con uno menos tan pronto, el Celta no se descompuso y siguió mandando e intentando jugar con criterio con un buen ‘Tucu’ Hernández liderando el centro del campo. Pero este equipo ha perdido su estrella. Todo le sale mal. Diez minutos después de la expulsión, Nico Pareja, con un lanzamiento directo de falta, adelantó al Sevilla. Esta vez el que no estuvo acertado fue Sergio, que pudo atajar un disparo que iba centrado y no demasiado fuerte.
Otro golpe y otra reacción celeste. Nadie diría que era el Celta el que había recibido esos dos mazazos consecutivos. El Sevilla, perezoso e inoperante, bailaba al ritmo que marcaban los vigueses.
Tras el descanso, el panorama fue el mismo, con el Celta intentándolo con un entusiasmo impropio en un equipo sumido en una racha así. Los célticos incluso estrellaron un balón en el larguero en el minuto 50. Krohn-Dehli se internó en el área y dio el paso atrás. Allí estaba Santi Mina, que sacó un disparo un tanto mordido que acabó encontrando la madera. Dos minutos después, ‘Tucu’ Hernández probó a Beto en un lanzamiento de falta. El fútbol y, sobre todo, el gol no estaban siendo justos con el Celta. Los vigueses proponían juego, se esforzaban generosamente e incluso encerraban en su área a un equipo que estaba jugando en casa y con uno más. Pero no había forma. En los últimos minutos, el Celta acabó pagando el esfuerzo y Reyes pudo ampliar la diferencia sevillista con un disparo que pegó en el larguero. Los instantes finales sirvieron para ver el debut en Primera de Borja Iglesias y para certificar una derrota injusta tras un partido condicionado por la falta de acierto del Celta y, sobre todo, por el arbitraje de Velasco Carballo.
Sevilla: Beto, Aleix Vidal, Pareja, Carriço, Navarro; Krychowiak, Mbia (Tremoulinas, min. 21); Reyes, Denis Suárez (Banega, min. 53), Vitolo y Bacca (Kevin Gameiro, min. 69).
Celta: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Planas; Radoja, Krohn-Dehli (Madinda, min. 83), ‘Tucu’ Hernández; Orellana, Santi Mina (Borja Iglesias, min. 78) y Charles (Jonny, min. 27).
Gol: 1-0, min. 31: Nico Pareja.
Árbitro: Velasco Carballo (Colegio madrileño). Mostró tarjetas amarillas a los sevillistas Vitolo, Reyes, Krychowiak y Carriço; y a los célticos Orellana, Santi Mina, Krohn-Dehli, Cabral y Hugo Mallo. Expulsó por roja directa al jugador del Celta Carles Planas (min. 20).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 17ª de Liga de Primera División disputado en el estadio Sánchez Pizjuán.