Es, también, el resumen de todo el encuentro: quiero y no puedo. Porque al Celta le faltó pegada en los metros finales. Los celestes no se achicaron en Old Trafford y el Teatro de los Sueños rozó la tragedia inglesa. Mourinho apostó por un fútbol de contención y el Celta, en ambos periodos, salió dominador.
Los de Berizzo salen de Europa con la cabeza alta. Sus primeros minutos merecieron el gol de Aspas, ese que nos regala en la Liga pero que en Inglaterra no llegó aunque lo intentó. El fútbol es cuestión de momentos, de golpes. El Celta los tuvo desde el inicio, con la ocasión de Aspas en el cuarto minuto. La banda derecha parecía ser la solución para igualar frente a un rival que decidía regalar el balón, echarse atrás y fiarse de sus talentos individuales. Sí, Mourinho parecía jugar a domicilio y no delante de un público que ama el buen fútbol.
La media viguesa se adueñaba del balón. Solo una acción individual de Pogba, de exquisita clase, puso los pelos de punta al habilitar a Rashford. Hasta que llegó el gol. Es lo que sucede ante un rival con fichajes millonarios. Centro, descuido en la marca y Fellaini a bocajarro hacía el 1-0. Sergio la tocó, el cuero se iba al palo… y entraba. No, la fortuna no iba a aliarse con los vigueses.
Esa acción marcó los siguientes minutos. De repente, los de Berizzo eran pollo sin cabeza. Desaparecían y los “diablos rojos” se hacían con el partido. Diez minutos. Un disparo de Tucu (min. 27) devolvía al once celeste al encuentro. Pogba lo intentaba mientras Sisto buscaba la portería de Romero. Era un toma y daca en el que a los gallegos les faltaba matar en el área inglesa, siempre un bosque de piernas, siempre un mar de jugadores.
¿El Manchester United? A los amantes del fútbol les queda el recuerdo de otros onces, no este, mejor en Balaídos que en su estadio. En el minuto 42, un cabezazo de Wass se iba fuera. Otra oportunidad perdida.
La segunda mitad mantuvo el mismo patrón inicial. El Celta al ataque, sin medias tintas, queriendo el esférico, ante un adversario más preocupado de destruir que de ofrecer un buen fútbol. Mourinho jugó siempre con el resultado, como si rememorase su tiempo en el calcio, y casi le sale mal.
Y eso que el United tuvo un par de grandes ocasiones salvadas por Sergio, especialmente el remate a bocajarro de Rashford sacado en el minuto 64. Pero el devenir de los minutos no adormeció el encuentro como deseaba Mourinho. Todo lo contrario. Aspas se quejaba al línea amargamente (en estos grandes partidos los aspavientos no conducen a nada), Fellaini volvía a demostrar que un futbolista puede sacarse de la chistera una acción de peligro de la nada si está convencido de que para marcar hay que disparar a puerta (el tiqui-taca solo no vale) y Sergio volvía a parar su latigazo. Seco. Al poste derecho del guardameta (min. 69). Lo último que se le recuerda al ManU.
El Celta seguía intentándolo. Sobrecargaba el centro de la defensa británica buscando el pase definitivo, pero sin suerte. Jozabed lo intentaba desde lejos (min. 71), Guidetti cabeceaba fuera (min. 75). Las ocasiones se sucedían ante Romero. Y tanto va el cántaro a la fuente que se rompe. La rocosa zaga local no cerraba a Roncaglia, que peina con un perfecto giro de cabeza el centro. Quedaban siete minutos. 1-1. El sueño estaba muy cerca.
Pero a partir de ahí, el antifútbol, las pérdidas de tiempo, una doble expulsión (Bailly-Roncaglia) y seis minutos de descuento. Fue justo cuando el Celta tomó las peores decisiones –faltas que favorecían al rival, malos pases-… hasta que llegó esa última bala que anunciaba Aspas y con la que el fútbol siempre premia. Cabral habilitaba a Beavue, este busca un pase de la muerte en lugar de rematar y Guidetti se queda medio cuerpo por delante sin poder empujarla en condiciones casi en el área pequeña.
El Celta caía con la cabeza alta y la UEFA tendrá una final más mediática entre el Ajax y el Manchester United. El fútbol es así de grande y así de injusto.
Manchester United: Sergio Romero; Valencia, Bailly, Blind, Darmian; Ander Herrera, Fellaini, Pogba; Lingard, Mkhitaryan y Rashford.
Celta: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Radoja (Bongonda, 67′), Tucu Hernández, Wass (Jozabed, 46′); Iago Aspas, Pione Sisto (Beauvue, 79′) y Guidetti.
Goles: 1-0: Fellaini (17′); 1-1: Roncaglia (85′)
Árbitro: Ovidiu Hategan (rumano).