El capitán céltico ha hallado un compañero ideal en Radoja. Además, se está acostumbrado a jugar en la posición de mediocentro, que hasta ahora no había desempeñado en el Celta. «En mis inicios en River sí jugué apoyando a otro pivote, siendo yo el que se soltaba más. Es diferente en este caso, que me toca quedarme. Uno, con el paso de los años y la experiencia que va acumulando, siempre va tratando de hacer lo mejor para cada posición. Y es muy importante el diálogo con el entrenador y con tus compañeros para ir corrigiendo. Me interesa ir mejorando y superándome», dijo el argentino, que también aseguró que «para nada me siento un salvador. Estoy en un rol en el que me siento bien, que siento que puedo hacer y puedo ayudar al equipo. De la misma manera que yo, lo están haciendo todos. Y por encima de todos, los que menos juegan, que son los que más apoyan. Es una de las principales causas por las que un equipo crece».
Augusto explicó cuáles son las exigencias de esta nueva posición: «Me siento bien y es la idea que veníamos trabajando para darle más equilibrio al equipo. Jugué casi todo el año pasado de interior, ahora difiere un poco la posición porque estoy más centrado, no ataco sino que doy más equilibrio. Siento que lo puedo hacer y las carencias que pueda llegar a tener las voy trabajando durante la semana, y con la ayuda de mis compañeros voy mejorando». Eso sí, repite que él solo es una pieza más dentro del engrasado engranaje celeste: «Me sentiría falto de humildad si digo que ésa fue la clave en Riazor. El equilibrio que dio todo el equipo a la hora de defender fue una de las claves. Desde la delantera a la defensa. A la hora de atacar, los de atrás tenemos que estar atentos para que no nos sorprendan con contragolpes, porque ha habido partidos que hemos dominado pero nos han salido con un contragolpe y nos terminaban ganando».
El argentino también tuvo palabras de elogio para su otro compañero en el centro del campo, Michael Krohn-Dehli: «Es de esos jugadores que no abundan, que tienen el campo en la cabeza, inteligente, que con el balón siempre puedes esperar algo diferente».
Augusto finaliza contrato con el Celta en junio de 2016. Además, el club celeste solo posee el 50% de sus derechos. El jugador reconoce que desconoce qué va a pasar en el próximo año y medio, pero asegura que demomento tampoco le preocupa en exceso: «No lo sé. Me queda un año y algo de contrato y eso es independiente de lo que pase con el 50%. De esos temas se encarga mi representante. No me quita el sueño para nada. Me queda un año y medio y pienso disfrutarlo como vengo disfrutando todo este tiempo que llevo aquí».