Balaídos saltó y gritó como hace tiempo que no lo hacía. La victoria hace dos semanas ante el Granada había sido balsámica, pero lo ocurrido en este primer partido de 2024 fue una locura. Otro gol de su héroe sueco, el impronunciable Williot Swedberg, dio la victoria al Celta en un final agónico ante el Betis.
Locura generalizada
El triunfo envolvió a la afición viguesa en un estado total de éxtasis. Bufandas al viento, gritos, sonrisas y locura generalizada. Lo mereció el Celta, pero como ha ocurrido esta temporada en muchas ocasiones, el balón no entraba. Ni siquiera con el VAR anulando un gol en una jugada rocambolesca.
Lo cierto es que, al contrario que ha ocurrido en un puñado de ocasiones, los cambios de Benítez funcionaron. Quedaban dos minutos para el final de la interminable prolongación, cuando el equipo vigués recuperó un balón en defensa. Hugo Álvarez lanzó la contra y dio un paso medido al héroe sueco. A Swedberg no le tembló el pulso. Se plantó en el área, regateó al portero y adentro.
Mazazo inicial
Fue el culmen a un gran partido del conjunto vigués. Los de Benítez supieron reponerse al mazazo del gol en contra en los primeros minutos. Y lo hicieron con esa afouteza que tanto le hace falta al equipo para reconducir la actual situación.
Con un gol de Aspas desde el punto de penalti, tras clara falta de Borja Iglesias a Larsen, llegó el empate. Presión alta, buenas coberturas en defensa y juego volcado a la derecha, a la banda de Carles Pérez. Esas fueron las claves.
Gol anulado
El Celta mereció marcar tanto en la primera parte como en el inicio de la segunda. Pero con el paso de los minutos, el cansancio hizo mella. El Betis recuperó el aliento y vio opciones. Poco a poco recularon los celestes. Aun así, hubo ocasiones de sobra. Y de nuevo desaprovechadas.
También un gol anulado, que en principio parecía un claro fuera de juego y que acabó en el limbo por una extraña falta. Y cuando todo apuntaba al empate, apareció Swedberg. El mismo que le dio la victoria al equipo en Almería con un cabezazo. De nuevo héroe. Sin apenas destacar, desde la absoluta discreción, desde las reiteradas suplencias.
El triunfo deja muchos factores positivos. El Celta sale de descenso. Aspas marca de nuevo. La afición recupera la fe. Benítez tiene otra bala más para seguir adelante. Marián Mouriño respira. Los celtistas también.