Si han visto el partido, no hará falta contarles nada. En el caso de que no lo hayan visto, no se lo creerían. Hace una semana, el Sevilla ganó en Balaídos con gol de rebote. Este jueves, la Real Sociedad también ganó, pero esta vez lo hizo todavía más complicado y logró dos carambolas para llevarse la victoria. No es que jugase mal el conjunto vasco, es que su rival fue mucho mejor.
El Celta hizo todo lo que tiene que hacer un equipo para ganar un partido de fútbol, excepto marcar. Jugó de forma deliciosa, defendió bien y atacó mejor. Pero enfrente se encontró con una portero tocado por la varita mágica que detuvo absolutamente todo. No solo lo paró, sino que todos los rechaces que salían de sus manoplas acabaron lejos de los delanteros vigueses.
Dice el refrán que el futbol es así. Lo que no dice es que eso ocurra dos veces seguidas con dos de los mejores equipos de La Liga. Ya fue un auténtico milagro fue que la primera parte acabase sin goles, especialmente en la portería donostiarra. El portero realista sacó tres manos estratosféricas para evitar goles de Denis y Mina, sobre todo en el último minuto. Fue un duelo bonito, rápido, con dos equipos dispuestos a jugar y a presionar.
Tromba de agua
Los vigueses salieron en tromba, igual que la enorme cantidad de agua que cayó durante todo el partido. Nolito pudo marcar en la primera jugada con uno de sus lanzamientos parabólicos característicos, pero el balón se marchó por centímetros. Estuvo muy acertado el conjunto de Coudet. Bien en la presión y notable en la creación.
La movilidad de todo el frente de ataque celeste se le atragantó a la Real Sociedad. Tanto Brais como Aspas y Nolito se ofrecieron entre líneas para dejar los carriles abiertos a Galán y Hugo. Por ambos flancos llegaron centros precisos. Si no, por el medio, apareció Denis para buscar huecos.
Otro rebote que perjudica al Celta
En defensa, la pareja Murillo-Aidoo se mostró firme. Tanto Isak como Januzaj tuvieron ocasiones, pero más fruto de sus aciertos que de errores de la zaga viguesa. Pero toda la suerte que le faltó al Celta en la primera mitad, la tuvieron los vascos. Un disparo de Portu, parada de Dituro y el rebote le cae plácidamente a Isak para marcar. Se repetía la historia del Sevilla la semana pasada.
La reacción fue inmediata. Los celestes acumularon ocasiones, pero de nuevo Ryan apareció como el gran salvador de la noche. Todavía era el minuto 58 y el australiano ya se había convertido en el protagonista absoluto.
Imanol lo tuvo clarísimo. Fuera toque, dentro músculo. Portu, Silva y Januzaj dejaron el sitio para Zubeldia, Sorthos y Turrientes. Por su parte, Coudet quitó a Beltrán y a Nolito por Tapia y Cervi en busca de refresco. En pleno acoso, con toda la Real encerrada, Brais marcó en fuera de juego.
Y cuando el Chacho hizo dos nuevos cambios en busca de un revulsivo, Solari y Galhardo, llegó la carambola maestra. Saque de esquina de la Real, remate de cabeza de Merino y balón que da en la espalda de Aritz para colarse en la red. Increíble pero cierto. El fútbol es así, o eso dicen.
Próximo lunes, 1 de noviembre, ante el Rayo Vallecano en Vallecas (18:30).
Celta: Matías Dituro; Javi Galán, Aidoo, Murillo, Hugo Mallo (min.78, Galhardo); Fran Beltrán (min.68, Tapia), Denis Suárez (min.78, Solari), Brais Méndez, Nolito (min.68, Cervi); Aspas y Santi Mina.
Real Sociedad: Ryan, Muñoz, Le Normand, Elustondo, Zaldua, Zubimendi, Mikel Merino, David Silva (min.65, Turrientes), Januzaj (min.65, Zubeldia), Portu (min.65, Sorloth) e Isak
Goles: 0-1, min.55: Isak, a placer tras rechace de Dituro; 0-2, min.80: Aritz, a la salida de un córner.
Árbitro: Melero López (Colegio Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Beltrán.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 11 de La Liga disputado en el Estadio Municipal de Balaídos ante 8.726 espectadores.