Las gradas de Balaídos recibieron de nuevo a espectadores tras un largo año en el que el estadio vigués estuvo vacío a causa de la pandemia. La celebración del partido del Celta B, que inició su liguilla de ascenso a Segunda División, permitió la entrada de 1.000 abonados que previamente tuvieron que solicitar sus entradas. Los privilegiados disfrutaron de nuevo del fútbol en directo en el estadio vigués, aunque no pudieron celebrar una victoria de su equipo.
El Celta B arrancó en el estadio celeste la lucha por el ascenso a Segunda División este sábado a las 16.00 horas frente al Valladolid Promesas. A este encuentro, pudieron acudir aficionados del club en base a los protocolos sanitarios adecuados a la capacidad del campo.
Pudieron optar a las entrada aquellos abonados que hubiesen renovado su carné o se hayan dado de alta para la temporada 20/21 y entre ellos tuvieron prioridad los que no acudieron a los encuentros anteriores en Barreiro y los que en la pasada campaña optaron por el monedero digital, realizaron una donación a la Fundación o renunciaron a la devolución.
La confirmación de la entrada asignada a cada abonado se realizó el día anterior mediante correo electrónico, donde también se indicó la grada y las puertas por las que pudieron acceder. Ya en el campo, los aficionados asistieron a una dura derrota (1-3) que pone las cosas más difíciles para el filial céltico.
El Valladolid Promesas se llevó el triunfo en este inicio de la segunda fase de la competición en Segunda División B en un partido en el que los de Onésimo sufrieron la extraordinaria puntería de su rival.