El Celta despidió a su eterno capitán como se merece, con un emotivo homenaje en el centro del terreno de juego de Balaídos en el que estuvieron presentes, arropando a Oubiña, todos los miembros de la plantilla y la directiva y el cuerpo técnico al completo, así como el legendario Manolo, el ‘gran capitán’ de los setenta, del que Borja fue su heredero.
Borja Oubiña, fiel a sí mismo en su despedida, explicó que «no soy capaz de saber si merezco este acto. No lo esperaba y ni mucho menos es algo que pretendía. Hoy acaba una etapa. Mi etapa como futbolista profesional finaliza y no lo hace de la manera que me hubiese gustado. Había imaginado un final diferente y un transcurso diferente».
Oubiña dio las gracias a todas las personas que le han ayudado a lo largo de una carrera plagada de dificultades y espera que en esta nueva etapa pueda sentirse «útil». «Le he transmitido al club mi idea de permanecer en el Celta siempre y cuando sea útil. Lo normal es que siga, que intente continuar mi vida a través del club, seguir formándome aquí, intentar aportar algo para que el Celta pueda ser mejor», explicó.
Le hubiera gustado poder despedirse sobre el césped este sábado ante el Espanyol. Pero ha querido ser honesto hasta el final. No está en condiciones de jugar. «Es evidente que es algo que he pensado, pero la naturaleza te lo impide. En su día ya cometí el error de jugar sin sentirme competitivo. El fútbol es algo demasiado serio como para estar en un campo por estar. En el fútbol profesional es donde más he disfrutado porque se trata de ser mejor que el contrario y si estuviesa mañana no lo hubiese logrado», dijo.
Decisión tomada en febrero
El centrocampista reveló que hace meses que tomó la decisión de retirarse. «En febrero le comuniqué al club mi decisión. Primero a través del cuerpo médico. Me di cuenta que era darse cabezazos contra una pared y que no iba a derribar ese muro. Vi claro que no iba a tener opciones de jugar», explicó.
La despedida de Oubiña es agridulce. Echa la vista atrás y lamenta no haber podido disfrutar del fútbol como merecía: «Me voy dolido porque no he sido el jugador que imaginé que iba a ser. Cuando me vi dentro del fútbol profesional, me imaginé otra carrera y esta no se llegó a cumplir. Me he quedado corto en el nivel como futbolista. Me voy muy dolido por no ser mejor de lo que he sido. Me he perdido muchos entrenamientos, muchos años. He tenido que adaptarme, vivir situaciones difíciles. De lo que sí estoy orgulloso es de que he respetado la esencia del deporte, que es superarse todos los días a uno mismo».
Oubiña también hizo balance de su carrera, de los logros conseguidos, como formar parte de la selección española: «Fue otro paso más en mi carrera, pero visto ahora lo valoro más que en el momento. El sentimiento no fue tan bestia como el de pasar de jugar en Barreiro contra el Recreación de La Rioja a la Liga de Campeones en Highbury. En el momento en el que llegó, veía abierta la posibilidad de la selección. Con perspectiva, haber podido compartir vestuario con esos jugadores, que Luis (Aragonés) viera que estaba entre los mejores 22 de España, es un orgullo»
Mouriño: «Nos ha dado una lección de abnegación»
Carlos Mouriño, presidente del Celta, acompañó a Oubiña en la rueda de prensa. El máximo dirigiente celeste tuvo palabras de elogio hacia el ya ex futbolista: «Estamos en el centro del campo de Balaídos, ese centro que tantas veces ocupó Oubiña, ese centro que demuesta que tienes que tener un especial talento para estart en él. Oubiña no necesitaba correr para cortar un pase. Antes que el balón saliera del pie del contrario, él ya tenía la colocación justa. No necesitaba driblar permanentemente al contrario para romper esa primera línea de presión, le bastaba con un toque sutil que saliera de su magnífica bota. Nos dio una gran lección de abnegación, de sacrificio».
Para Mouriño, Oubiña es un ejemplo: «Ese vestuario tenía una gran importancia para´el y para nosotros. Allí le decía a sus compañeros que lo primero era el equipo. Allí demostraba con su ánimo lo que se podía conseguir. Y fue el gran referente para nuestra cantera. Estaba siempre pendiente de los canteranos, aconsejándoles. Ejerció como Manolo de gran capitán. Aunque hoy deje el fútbol, seguirá siendo siempre un capitán. Muchas gracias, Oubiña».