El club dio cuenta este miércoles por la mañana a través de sus redes sociales de los desperfectos generados y de los trabajos que se estaban llevando a cabo para intentar recuperar la normalidad. Al respecto, Abel Caballero aseguró que estos casos dejarán de producirse una vez que concluya la reforma de la grada de Gol, es decir, dentro de aproximadamente tres años.
Es más, el alcalde de Vigo sacó pecho de que las mejoras efectuadas tras la remodelación acometida en la zona de Tribuna ha permitido que las consecuencias no fueran todavía peores. Entre otras cosas, el agua de la nueva cubierta se desvía ahora a la calle Val Miñor, lo que evita mayor acumulación en Olímpicos.
Caballero apuntó que las inundaciones no se producen exclusivamente por una crecida del Lagares. Según afirmó, el gran inconveniente radica en el agua “que baja desde Coia por la pendiente hacia el Lagares”. “Cuando hagamos la reforma de Gol se va a eliminar el problema definitivamente porque se subsanará el error de que el colector acabe en Balaídos. Se va a llevar hacia la zona delantera del Lagares”, indicó. Además, se construirá un muro de contención que desviará el cauce del agua.
Singing in the rain. ? Así amencemos hoxe no estadio. Collede paraugas! pic.twitter.com/FFZ5ob951o
— RC Celta (@RCCelta) 6 de marzo de 2019
Entrega de la grada de Río
El alcalde también informó este miércoles de que el Ayuntamiento ya ha recibido la grada de Río por parte de la empresa encargada de las obras, de tal manera que el Concello pasará ahora a entregársela oficialmente al Celta.
Hasta ahora, cada día que había partido, era necesario que la compañía la pusiera a disposición de la administración local por un día y ésta hiciera lo propio con el club vigués. Desde este momento, al darse este paso, se podrá “operar con la normalidad”.
Esta entrega se efectúa sin que se hayan cambiado todavía los asientos de Río Bajo. Una actuación que, según la estimación ofrecida por Caballero hace un mes, se habrá completado en junio.