La comunidad educativa del Colegio María Inmaculada Carmelitas se unió en la tarde de este lunes en una celebración que trascendió generaciones y estrechó lazos entre estudiantes de todas las edades. Desde los más pequeños en infantil hasta los jóvenes de bachillerato, los alumnos se congregaron para cantar ‘Oliveira dos Cen Anos’, el himno del centenario del Real Club Celta de Vigo.
Este tema, compuesto por Antón Álvarez, conocido como C. Tangana, en colaboración con la Coral Casablanca y las Lagharteiras, ha dejado una huella profunda en el corazón de los aficionados celtistas.
En su estreno, muchos pensaron que esta canción sería difícil de entonar en un estadio lleno de aficionados, pero el tiempo ha demostrado lo contrario. ‘Oliveira dos Cen Anos’ se ha convertido en un catalizador de emociones, como lo expresó Pucho en su letra, «na ledicia son celeste, celtista no parecer». La canción no solo celebra, sino que también sana y une a los celtistas en torno a un objetivo común.
Impresiones
Hablamos con Patricia de Dios, directora del centro, quien nos explicó por qué eligieron este himno para su actividad: «Reunidos en el claustro, buscábamos algo que uniera a toda la comunidad escolar, y desde el primer momento supimos que la pasión por el Celta era un elemento unificador». Además, destacó el hecho de que la canción está compuesta en gallego, lo que agrega valor único y especial al tema.
Teresa, responsable de comunicación del centro, compartió su perspectiva: «Antes de la pandemia, realizábamos muchas actividades conjuntas como centro, pero parecía que nos habíamos distanciado después de ella. Con iniciativas como esta, buscamos acortar esa brecha y volver a conectarnos». Al igual que Patricia, reconoció que ‘Oliveira dos Cen Anos’ logra vincular tanto a los más jóvenes como a los mayores.
Las profesoras del centro también compartieron sus emociones. «Los más pequeños están llenos de ilusión, aunque eso no significa que los mayores no lo estén. Simplemente sienten timidez al cantar frente a sus compañeros», explicaron.
Un hermoso espectáculo
En el patio del colegio, los niños con las caras pintadas ocuparon las primeras filas, mientras que los mayores, algo más tímidos y perezosos, se ubicaron más atrás. Las risas nerviosas y los codazos en las últimas filas dieron paso a un hermoso espectáculo de bufandas ondeando y cánticos. Además del himno oficial ‘Oliveira dos Cen Anos’, un grupo numeroso comenzó a entonar «Sempre Celta» desde las últimas filas, trayendo un pedacito de Balaídos al corazón de la ciudad.
Después de los cantos, las risas y las miles de fotos, los alumnos regresaron a sus aulas vistiendo orgullosamente sus camisetas celestes. Algunas de ellas, auténticas joyas de los años 90 con el nombre de Mostovoi en la espalda, evidenciaban el legado del Celta en la ciudad.
Con el centenario del Colegio María Inmaculada de Vigo a la vuelta de la esquina, surge la pregunta: ¿se atreverán los jugadores y el cuerpo técnico del Celta a entonar el himno de las Carmelitas? Desde aquí, alentamos esta idea, ya que como demostraron los casi 650 alumnos de María Inmaculada, todo es cuestión de superar la timidez y dejarse llevar.
La música y el deporte han demostrado ser un puente que conecta el pasado y el futuro de esta comunidad. La celebración en el Colegio María Inmaculada no solo fortaleció los lazos entre los estudiantes, sino que también demostró el poder transformador de la música y su capacidad para unir a las personas en torno a una causa común.