Cinco minutos de buen juego y un canterano salvaron al Celta ante el Levante, además de un error arbitral grave. El gol de Sergio Carreira, cuando todo pintaba bastos, permitió al conjunto vigués sumar un punto y salir de los puestos de descenso. Pero el partido fue de nuevo otro despropósito de un equipo desnortado, con ganas pero sin rumbo y al que se le va a hacer eterna la temporada.
Los jugadores célticos parecen vivir en un caos en el que desconocen su función exacta y tampoco trabajan en bloque. Todo eso los lleva a cometer permanentes errores que diezman sus posibilidades. La noche de este lunes, en el Estadio de La Cerámica, la suerte sonrió con un gol anulado a última hora, pero sobre todo porque el rival tampoco estuvo fino.
Óscar García, sustituido en el banquillo por su hermano Roger debido a la sanción por sus declaraciones, optó por repetir alineación. De nuevo los jóvenes canteranos Sergio Carreira y Fontán en defensa de cinco y el peruano Tapia como único pivote. Arriba, Nolito, Mina y Aspas, con Denis Suárez como enlace.
Le costó al Celta coger el pulso del partido. Superado en el centro del campo, no fue capaz de marcar el ritmo necesario para llegar con peligro. Solo una combinación de Nolito y Aspas, tras recuperación de Fontán, llevó peligro con un disparo del moañés por encima del larguero.
Fuera de sitio, lentos en cada cruce, débiles al choque, tarde en balones divididos… la posición de los célticos en el terreno de juego no fue la mejor para controlar un encuentro duro, áspero, sin fluidez. Para complicar las cosas, el Levante encontró cada vez más vías de agua en la línea de flotación defensiva de los vigueses, aunque por fortuna tampoco estuvieron finos en el área.
Lo peor del Celta fue sin duda su incapacidad para generar fútbol, no tanto la actitud, sino el desconcierto generalizado y la intrascendencia de la práctica totalidad del paquete delantero. Mina, perdido; Nolito, ni un control; Aspas, sin tocar balón… Denis, en su mundo y sin bajar a la tierra para poner orden, frenar, acelerar, mandar, mover, dirigir… todo eso que se espera de un futbolista con su calidad y visión de juego.
El descanso fue casi lo mejor que le pasó a los de Óscar García, porque nada más volver al campo Nolito cometió una grave torpeza y trabó a un rival en el área. Penalti y gol de Roger. El panorama, peor imposible.
Al contrario de lo que pudiese parecer, el tanto espoleó al Celta. En cinco minutos generó más fútbol y ocasiones que en todo el primer tiempo. El empate llegó en las botas de Carreira tras un buen centro de Denis y una irrupción en el área del canterano para batir a Aitor.
Con las tablas de nuevo el equipo gallego se echó atrás, se durmió y volvió a cometer los pecados anteriores. Tampoco estuvo atinado el conjunto local, lo que provocó otra vez un duelo apático, lleno de errores y sin llegadas.
Esta vez sí apretó bien la defensa, especialmente Araújo, para secar la banda izquierda valenciana. Las recuperaciones del centro del campo céltico fueron cada vez más frecuentes, aunque faltó algo de precisión en ese último pase.
Para terminar el partido hubo susto de los gordos. Un gol incomprensiblemente anulado a Dani Gómez por fuera de juego de Roger tras fallo de Iván Villar, que se tragó el balón al tocar en un defensa. Por suerte, un punto y muchas gracias, Melero.
Levante: Aitor; Miramón, Postigo, Duarte (min.74, Vezo), Toño (min.84, Clerc); Rochina (min.85, De Frutos), Malsa, Melero (min.61, Bardhi), Campaña; Morales (min.61, Dani Gómez), Roger.
Celta: Iván Villar; Sergio Carreira (min.86, Beltrán), Murillo, Araújo, José Fontán, Lucas Olaza; Tapia, Denis Suárez; Santi Mina (min.86, Brais Méndez), Nolito (min.61, Gabri Veiga), Iago Aspas.
Goles: 1-0, min.47: Roger, de penalti; 1-1, min. 52: Carreira, a centro de Denis.
Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Mostró cartulinas amarillas a Murillo, Duarte, Olaza y Toño.
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de La Liga disputado en el Estadio de La Cerámica.