El XXII Trofeo Memorial Quinocho viajó rumbo a Italia desde los once metros. El estreno del Celta ante su afición sirvió para confirmar que todavía no sabe ganar con su apuesta por tocar el balón sin complejos. Dominó el encuentro, mejoró, pero la única mancha del partido llegó en la recta final y obligó a lanzar unos penaltis en los que el Udinese estuvo más acertado.
Era un torneo veraniego pero también la puesta de largo del Celta ante su afición. Los vigueses demostraron que avanzan en la buena línea, sin alardes, sin la excelencia que se busca, aunque con una base más que notable para destacar la próxima temporada. Al margen de la derrota en los penaltis, las sensaciones no fueron malas y la derrota fue un golpe en el mentón para no olvidar que queda mucho camino.
Enfrente tampoco tuvieron un conjunto de campanillas, fue más bien un equipo con destellos en el centro del campo y al que le faltó contundencia para evitar el dominio celeste.
Once titular
Unzué ya hizo desaparecer a los más jóvenes de su alineación titular y puso en liza un once que podría ser perfectamente el que saltase en el primer partido de Liga. Con Maxi Gómez como punta y Sisto pegado a su banda izquierda, Aspas gozó de la libertad para ocupar tanto la derecha como la mediapunta.
Una buena llegada de Aspas con balón estrellado en el larguero tras rebote y un disparo de Hallfredson que se fue cruzado ante Iván Villar fue todo el balance de cara a portería de ambos equipos en la primera media hora de juego.
La batalla del centro del campo, con los duelos Jozabed-Hallfredsson y Lobotka-Balic, marcó la primera parte. Iago Aspas enloqueció a la zaga italiana hasta acabar desesperando a Pezzella, que se llevó una tarjeta por un agarrón. Ambos se encararon pero la sangre no llegó al río.
La pelea de Maxi Gómez
Sisto lo intentó con más ganas que acierto y Maxi Gómez no paró de pelear hasta que en el último suspiro de la primera parte encontró su premio. El uruguayo es un auténtico tanque, va al choque, donde se encuentra a gusto y gana casi siempre, pero también demostró tener olfato para cazar balones en el área.
La segunda mitad se convirtió en un carrusel de cambios por parte de ambos equipos que rompió el ritmo del choque. Sí hubo tiempo para ver a Iago más desafortunado de lo habitula dentro del área, continuar confiando en la evolución de Brais y para reafirmar que la afición continúa adorando a Guidetti.
Pero cuando estaba todo el pescado vendido, De Lima puso el empate en el marcador y obligó a resolver el título en la tanda de penaltis.
Celta: Iván, Hugo, Sergi, Roncaglia, Jonny, Radoja, Jozabed, Lobotka, Sisto, Aspas y Maxi. En la segunda parte también jugaron Rubén, Cabral, Tucu Hernández, Brais, Huljsager, Guidetti, Fontás, Beauvue, Wass, David Costas y Pampín.
Udinese: Seuffet, Widmer, Pezzella, Nuytinck, Larangeira, Hallfredsson, Matos, Balic, Thereau, De Paul, Lasagna. En la segunda parte también jugaron Bizarri, Al Tameemi, Angella, Fofanaseko, Wague, Bocuniewicz y De Lima.
Goles: 1-0, min.44: Maxi Gómez caza un rechace en el área pequeña. 1-1, min. 84: De Lima fusila a Rubén en el área.
Penaltis: Al Tameemi (gol), Tucu Hernández (para Bizarri), Balic (al larguero), David Costas (gol), De Lima (gol), Cabral (fuera), Angella (para Rubén), Wass (gol), Fofanaseko (gol), Guidetti (para Bizarri).
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Asistido por Alfonso Costoya, Enrique Enríquez y Enrique Ramos. Amarillas a Pezzella, Jozabed
Incidencias: XXII Trofeo Memorial Quinocho disputado en el Estadio Municipal de Balaídos ante unos 5.000 espectadores (grada de Río cerrada por las obras).