Un periodista se interesó por el motivo por el que su nombre de pila es Claudio y no Claude, su versión francesa. Beauvue no aclaró la cuestión. Se limitó a contestar «¿Claude? Claude es Makelele» y se sumó a las risas. Suponemos que el delantero francés sabe que Makelele, antes de triunfar en el Real Madrid y el Chelsea, ofreció clases magistrales en Balaídos con la camiseta celeste.
Beauvue, además, se lanzó a hablar en castellano. Primero, cuando se le preguntó si la presencia en el vestuario del Celta de otros jugadores que hablan francés facilitaría su adaptación. «Yo hablo bien francés, no hay problema», respondió de forma irónica el jugador en un (casi) perfecto castellano.
Después, mostró su firme propósito de aprender el idioma cuanto antes. Beauvue, valiente, se lanzó a la piscina sin flotador: «Para mí es importante mucho porque querer hablar bien español durante…». Miguel Torrecilla, que estaba a su izquierda, le echó un cabo para que terminara la frase. «Los próximos meses», le chivó por lo bajo el director deportivo.
Beauvue ya mostró su deseo de expresarse en castellano el domingo, el día que se hizo oficial su fichaje, en las redes sociales. Tras un primer intento fallido, en el que el traductor automático le jugó una mala pasada colando en un tuit, que ya ha borrado, alguna palabra un tanto extraña, a la segunda el mensaje ya quedó un poco más claro.
Mientras aprende castellano, los miembros del plantel que hablan su lengua, como Bongonda y Wass, harán más fácil su adaptación a Vigo y al Celta. También será un aliado Eduardo Berizzo, que domina el francés, idioma que aprendió en su paso como jugador por el Olympique de Marsella. No obstante, es probable que también haga buenas migas con el resto de sus compañeros desde muy pronto a pesar de la barrera idiomática. Su naturaleza extrovertida hará más sencilla está primera experiencia de Beauvue en el fútbol español. Y, quién sabe, quizá en unos meses lo oigamos también hablando en gallego.