Solo Iago Aspas puede salvar al Celta de la debacle. Esto es la menos lo que percibe la gran mayoría de los aficionados y, por lo que parece, también la propia plantilla de futbolsitas.
Ante el Valladolid, todo se fue al garete en apenas unos minutos. Rubén sostuvo el resultado con viento a favor, pero la descomposición de su equipo experimentó una nueva fase de caos.
La gran novedad en la alineación del Celta fue la entrada del holandés Hoedt, que recién llegado se estrenó como central zurdo, un puesto en el que Cardoso no encontraba sustituto para David Costas.
También Pione Sisto salió de cara y su entrada en el once titular no pudo ser más afortunada. A los 15 minutos, con todo el equipo apretando la salida de balón de los locales, recibió un balón en la frontal del área y su zurdazo se coló por la escuadra de Masip.
El gol le sentó bien al Celta, pareció ganar la tranquilidad que necesita para dominar el juego e imponerse a rivales que, en teoría, son inferiores.
Con Hoedt imponiendo su altura y Araújo seguro atrás, los visitantes tuvieron ocasiones para ampliar su ventaja. Un disparo de Boufal y un más que probable penalti a Brais fueron las opciones más claras.
El mayor peligro del Valladolid llegó a balón parado y, sobre todo, tras pérdida de balones en el centro del campo con el equipo descolocado. Rubén sacó dos buenas manos para sostener el resultado.
Apretaron los pucelanos al final del primer acto y supieron sufrir los vigueses, que incluso deberían haberse ido a los vestuarios con una mayor ventaja si Boufal no errase un sencillo pase de gol en una contra lanzada por Brais de forma magistral.
Rubén, otra vez
El nivel actual del portero del Celta es altísimo. Lo demostró ante el Valencia, pese a que pudo hacer más en uno de los goles, pero ante el Valladolid volvió a dar un recital de paradas.
Pero tanto va el cántaro a la fuente que… en la tercera consecutiva Óscar Plano ya no falló y Rubén no pudo hacer nada por evitar el empate.
El equipo se descompuso de repente, tal y como le había ocurrido en el último choque en Balaídos, y Cardoso reaccionó de inmediato en busca de más control de balón. Se fue Pione y entró Beltrán para dar mayor solidez al centro del campo.
La deriva en la que está sumida el equipo se vio reflejada en el segundo tanto local. Los vallisoletanos tocaron a placer en la frontal del área hasta que el balón llegó a Gontán para marcar de tiro cruzado y cerra el resultado. Otro desastre.
La continuidad de Cardoso queda en el aire y Carlos Mouriño deberá decidir ahora el margen que da al entrenador portugués.
Valladolid: Masip; Antoñito, Olivas, Calero, Nacho; Keko Gontán (min. 82, Borja Fernández), Míchel (min. 88, Anuar), Alcaraz, Toni Villa (min. 67, Verde); Sergi Guardiola y Óscar Plano.
Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Araújo, Hoedt, Juncá; Lobotka (min. 74, Huljsager), Jozabed (min. 82, Apeh); Brais Méndez, Boufal, Pione Sisto (min. 57, Beltrán); Maxi Gómez.
Goles: 0-1, min. 15: erroz de la zaga del Valladolid que aprovecha Sisto para colocar un zurdazo en la escuadra de Masip. 1-1, min. 54: Óscar Plano fusila a Rubén en el área pequeña. 2-1, min. 68: Gontán, de tiro cruzado.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (Colegio Murciano). Mostró tarjetas amarillas a Hugo Mallo, Hoedt, Boufal, Juncá, Michel y Toni Villa. Expulsó a Hoedt por doble cartulina.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 21 de Primera División disputado en el Estadio de Zorrilla. Unos 1.000 aficionados del Celta en las gradas.