El Celta ha emitido en las últimas horas una “chamada desesperada” para detener el “despropósito” de las obras de Balaídos. Y lo ha hecho, para que quede constancia, de forma oficial y por escrito. El club vigués ha enviado una carta al alcalde y a los cuatro partidos políticos representados en la Corporación Municipal –PSOE, PP, Marea de Vigo y BNG– pidiendo “respectar aos afeccionados, aos abonados e ao club” ante la necesidad de disponer de un “espazo mínimamente cómodo” para todos.
La misiva está firmada por el presidente, Carlos Mouriño, y en ella se repasan los continuos incumplimientos en los que ha incurrido Abel Caballero, que ha dado innumerables plazos para iniciar las obras de cada grada. Han pasado más de dos años desde que el propio Concello de Vigo dio por acabada la reforma de Río, aunque todavía en verano de 2019 se consumaría la “chapuza” de los asientos de Río Bajo, que obligaron a licitar un arreglo con el consecuente sobrecoste. La estructura de Balaídos lleva sin tocarse desde mayo de 2018 y desde entonces el Gobierno vigués ha sido incapaz de sacar adelante la remodelación de Marcador.
Este nuevo frente ha supuesto otra queja del Celta, que da cuenta del “prexuízo” que le generará no poder contar con unas 6.500 localidades. Mouriño ya reveló en la pasada Junta de Accionistas que habían recibido un aviso del Ayuntamiento en el que se les comunicaba que no podían disponer de esa grada a partir del 30 de noviembre, a pesar de que la Concellería de Fomento, dirigida por Javier Pardo, se niega a dar una fecha de inicio de las obras. Ahora, en esta carta recientemente enviada, el mandatario celeste recuerda que el convenio firmado fijaba el fin de la renovación del estadio en junio de 2017. Pero en el mejor de los casos sólo estará concluida el 75% de la reforma en el segundo semestre de 2022. “Como xa lle comentamos en numerosos escritos, burofax, comunicados e asemade en roldas de prensa, entrevistas e redes sociais, NON ESTAMOS EN ABSOLUTO DACORDO coa forma en que se está levando a cabo a reforma do Estadio Abanca Balaídos por non axustarse nin aos térmos (plan) nin aos prazos previstos no convenio firmado o 28 de xaneiro de 2015”, escribe Mouriño.
Esta pérdida de butacas se suma a la eliminación de filas que se acometerá en Río Bajo. Cabe recordar que la adjudicación de la nueva bancada de Marcador incluía subsanar la errónea colocación de los asientos. “Comunicásenos que no seguinte verán modificaranse e suprimiranse asentos da bancada de Río, sen indicar cantos nin como será a nova redistribución. Como saben, as bancadas de Río Alto e Baixo conteñen moitos abonados, moitos deles históricos, os cales coa reforma que proponen facer verán desaparecer as súas butacas, algo que a todas luces é un despropósito”, prosigue Mouriño.
Así, el presidente del Celta informa personalmente a los destinatarios de su escrito lo que exponía a los accionistas la semana pasada. Que previsiblemente habrá más abonados que localidades disponibles, por no hablar de las entradas que se ponían a la venta. “Evidentemente esto volve supor un prexuízo para o club, non só no incumprimento da concesión e do convenio de reforma asinado, senón tamén para os nosos abonados e afeccionados”, recalca.
Además de pedir datos concretos sobre las butacas que se eliminarán para conocer el nuevo aforo de Balaídos y poder así informar a sus aficionados, el propietario del club lanza en su carta un SOS a los partidos políticos de la oposición para parar esta remodelación, que “non cumpre o mínimo para representar á cidade de Vigo”. En todo caso, Mouriño deja constancia de su resignación y da por hecho que las obras proseguirán “de calquera maneira”.