Berizzo cumplió con lo prometido el viernes y cambió el esquema, colocando un 5-2-1-2. Radoja, ante la ausencia de Cabral, jugó de improvisado tercer central, Augusto y Krohn-Dehli llevaron la manija en el centro del campo, ‘Tucu’ Hernández actuó de enganche y Orellana y Charles fueron los delanteros. Este remozado dibujo pareció sentarle bien al Celta. Comenzó el partido enchufado y teniendo el balón. El conjunto celeste acumulaba muchos jugadores arriba y ahogaba la salida del Valencia. Precisamente esta presión dio sus frutos en el minuto 7. Otamendi erró, regalándole el balón a ‘Tucu’ Hernández. Este, desde la frontal, se lo envió a Orellana, que en el mano a mano no supo cómo batir a Diego Alves. El guardameta valencianista despejó de puños el disparo seco del chileno.
La posesión era del Celta y el Valencia trataba de salir a la contra apoyándose en la velocidad del ex céltico Rodrigo Moreno, que en este partido actuó de extremo derecho. La primera ocasión visitante nació de las botas del jugador formado en el Ureca. Su centro fue cabeceado por Paco Alcácer, incomprensiblemente solo en el área pequeña. Sergio, con una bonita estirada, rechazó el testarazo.
A pesar de este aviso del Valencia, el Celta dominaba el partido. Tocaba con criterio en campo rival y los laterales se sumaban al ataque con energía e intención. Eso sí, no llegaba a convertir este control en ocasiones. Solo Krohn-Dehli, con un disparo lejano que se marchó alto, lo probó.
El partido pudo cambiar por completo en el minuto 26. Así hubiera sido si el Celta no estuviera gafado. El árbitro señaló un penalti de Otamendi sobre Charles y Balaídos se preparaba ya para asistir al fin de la sequía goleadora de su equipo. Orellana asumió la responsabilidad ante un especialista en parar penaltis. La ansiedad del lanzador y la pericia del portero prorrogaron la tragedia goleadora celeste. Orellana ‘telegrafió’ su lanzamiento y Alves no tuvo demasiados problemas para adivinar por qué lado iba a ir. Como ocurrió ante el Almería, el Celta no pudo romper su gafe ni de penalti.
Los celestes han aprendido en estos dos últimos meses que lo que va mal puede ir aún peor. El primer tiempo reservaba otra sorpresa desagradable. De nuevo, un error propio (o más bien dos) volvió a condenar al Celta. Fontás le regaló el balón a Rodrigo Moreno, que encontró un pasillo hasta la frontal del área. Desde ahí, sacó un disparo duro pero centrado que se coló bajo el cuerpo de Sergio. El portero de Catoira, salvador tantas veces, falló en este gol.
El Celta se marchó cabizbajo al descanso. Urgía una reacción en la segunda parte. Nolito fue el elegido por Berizzo para liderarla. El gaditano salió de inicio en lugar de Hugo Mallo, lesionado en uno de los últimos lances de la primera mitad.
El conjunto celeste supo jugar ajeno a la presión. Insistió en practicar un fútbol elaborado sin las prisas de otras ocasiones. La presencia de Nolito, además, daba más profundidad a su juego. Y el premio acabó llegando. Tras una jugada en la que el gaditano reclamó mano dentro del área de Barragán, el Celta botó un córner gracias al que llegó el gol del empate. Orellana se aprovechó de un balón peinado por Charles en el primer palo para batir a Alves desde el segundo y acabar con una sequía goleadora que finalmente se quedó en los 726 minutos. Resulta curioso que este tanto tan esperado llegase en una jugada a balón parado, uno de los puntos débiles de este equipo.
Lo más difícil estaba ya hecho, pero quedaba aún por delante mucho partido. El punto, después de seis derrotas consecutivas, sabía muy bien. Sin embargo, el Celta trató de ser ambicioso y siguió intentándolo. Con el paso de los minutos, las fuerzas comenzaron a escasear y los vigueses trataron de evitar los sustos de un Valencia más inoperante de lo esperado pero siempre dispuesto a crear peligro a la contra.
El Celta se encontró con una ocasión de oro para sumar los tres puntos en el minuto 87, pero el disparo de Orellana en segundo palo tras un centro de Nolito se marchó fuera por centímetros. A pesar de esta oportunidad desperdiciada, el punto supo a gloria y Balaídos despidió con aplausos a su equipo.
Celta: Sergio; Hugo Mallo (Nolito, min. 46), Sergi Gómez, Radoja, Jonny; Augusto Fernández (Borja Fernández, min. 78), Krohn-Dehli; ‘Tucu’ Hernández; Orellana y Charles.
Valencia: Diego Alves; Barragán, Mustafi, Otamendi, Orban; Rodrigo Moreno (Joao Cancelo, min. 91), Parejo (Javi Fuego, min. 80), Enzo Pérez, André Gomes; Alcácer y Negredo (De Paul, min. 64).
Goles: 0-1, min. 42: Rodrigo Moreno; 1-1, min. 60: Orellana.
Árbitro: González González (colegio castellano leonés). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Charles, ‘Tucu’ Hernández y Jonny y a los visitantes Parejo, Barragán y Rodrigo Moreno.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 18ª jornada de Primera División disputado en el estadio de Balaídos.