El Celta es un un flan, todavía no sabemos si se salvará, pero a cada jornada que pasa hace más méritos para descender. Este sábado, ante un equipo que no se jugaba nada, se entregó a la defensa numantina de un punto, tal y como ha hecho en numerosas ocasiones esta campaña, y le salió cruz.
Es cierto que el calendario que le resta al equipo vigués en bastante benevolente. Levante, en casa, y Espanyol, en Barcelona. Ninguno se juega nada y los de Óscar García no deberían tener problemas para sumar más que Mallorca (Sevilla, Granada y Osasuna) y/o Alavés (Getafe, Betis y Barcelona). Pero las cuentas de la vieja son peligrosas, confiarse a estas alturas es jugar en el alambre. Queda apretar los dientes durante los 180 minutos que restan para certificar la permanencia.
Y eso que de salida quedó claro quién se jugaba algo en el partido y empezó marcando. Apretó desde el principio y no tardó en llegar con peligro. La conexión entre Rafinha, Aspas y Mina funcionó a las diez minutos para poner el choque de cara. El centro raso del moañés llegó a los pies del vigués, que no falló ante Herrera con un toque sutil por debajo del cuerpo del portero. Anulado de entrada por el colegiado y el linier, esta vez el VAR hizo justicia para validar la posición del goleador en el momento del pase.
Pero poco duró la alegría. Osasuna cargó por su izquierda con Estupiñán, que desbordó a Mallo y Aidoo para centrar a la cabeza de Gallego. El empate espoleó al equipo vigués. Volvió a mandar desde el centro del campo, con Okay y Rafinha como directores de orquesta, y Mina tuvo en su botas el segundo tanto, pero el balón se fue por milímetros.
Con el paso de los minutos, los celestes fueron cediendo metros a los locales, que generaron peligro con buenos centros laterales al corazón del área de Villar. Óscar García dio un paso al frente en la segunda parte y dio entrada a Nolito por el central Jorge Sáenz, que tenía amarilla. Cambio de esquema y nueva vía para entrar por la izquierda hasta el área osasunista. Solo fue un espejismo.
Mantuvo el tipo el Celta y generó ocasiones a través de Aspas, con dos buenos disparos, uno rechazado por Herrera y el otro con una preciosa rosca que se fue por poco. Por momentos, el juego enloqueció, con llegadas a ambos porteros y una parada excepcional de Iván Villar.
La nueva ronda de cambios deparó muchas sorpresas. Fuera Rafinha, Mina y Beltrán; dentro Kevin, Juan Hernández y Bradaric. Es decir, regreso a una hipotética línea defensiva de cinco, con Mallo por delante de Kevin para reforzar la banda por la que Estupiñán hizo todo lo que quiso durante todo el tiempo que le dio la gana.
Ivan Villar se fue haciendo gigante a media que Osasuna llegaba con más peligro. Las piernas del Celta temblaron. El miedo a la derrota se sintió en cada avance local. Y cuando se juega a empatar, ya se sabe. El cancerbero de la cantera no pudo hacer nada esta vez para impedir que Arnaiz marcase el gol de la remontada. El jueves (21:00 horas), en Balaídos, ante el Levante, penúltima ocasión.
Osasuna: Herrera; Roncaglia (min. Nacho Vidal), Aridane, David García, Estupiñán;Torres (min.84, Barja), Oier, Brasanac (min.84, Moncayola), Íñigo Pérez; Gallego y Adrián (min.66, Arnaiz).
Celta: Iván Villar; Mallo, Aidoo, Araújo, Jorge Sáenz (min.45, Nolito), Olaza (min.84, Brais); Okay, Beltrán (min.66, Kevin), Rafinha (min.66, Bradaric); Mina (min.72, Juan Hernández) y Aspas.
Goles: 0-1, min. 10: Mina, a pase de Aspas; 1-1, min.22: Gallego, de cabeza a centro de Estupiñán; 2-1, min. 91: Arnaiz, de cabeza.
Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Madrileño). Mostró tarjetas amarillas a Aridane, Saénz, David García, Rafinha,
Incidencias: Partido de la 36 jornada de La Liga disputado en el Estadio de Sadar.