El Celta perpetró este viernes otra derrota bochornosa, esta vez en Balaídos (el martes fue en Ibiza). Su imagen sobre el campo fue como si se tratase de un equipo de alevines jugando contra profesionales. Un desastre desde el primer minuto de juego. El Villarreal no tuvo ni que sudar la camiseta para endosar tres goles a los celestes en menos de 20 minutos. Les bastó con apretar un poco arriba para que todo el castillo de naipes se desmoronase.
Habría que analizar a fondo por qué el Celta se cae de forma automática cuando falta Iago Aspas. Es difícilmente explicable que sus compañeros se olviden de presionar, de mantener alta la intensidad, de morder al rival igual que lo hacían hace tan solo dos semanas cuando le ganaron al Huesca. No hizo daño la derrota ante el Real Madrid. Ni siquiera el papelón copero en Ibiza. El trauma fue verse desnudo sin su guía. Como jugadores huérfanos pulularon por el campo sin rumbo.
Pero sea cual sea la razón, lo cierto es que los resultados están ahí. Si falta el de Moaña, nada funciona. Ni en Copa ni en Liga. Coudet no inventó nada y realizó los cambios que podía y tenía. Así, Okay entra por Tapia, Baeza por Nolito, Brais ocupó el sitio de Iago Aspas y Beltrán se fue a la banda derecha.
Los goles fueron cayendo sin oposición, incluso pudo ser peor vista la actitud de los célticos. Okay no dio una y las que dio fueron todas mal. Denis vagó por el campo perdiendo balones. Araújo se convirtió en el pateador de balonazos desde la defensa sin ningún sentido. Baeza directamente ni compareció. Beltrán fue un absoluto cero a la izquierda todo. Brais se escondió. Mina ni se enteró…
La cara de Coudet fue un poema. La rabia contenida con la que se mordía los labios fue la imagen de la impotencia. El equipo no tiene recambios, esa es la realidad, y los fichajes que se barajan difícilmente podrán tapar las carencias del equipo. El argentino tendrá que inventar soluciones para sacar de esta nueva depresión al Celta.
Con cuatro tantos en la primera parte, la segunda mitad fue un mero trámite que no valió para nada. Tan solo para poner de nuevo de relieve la calamitosa forma de jugar de los célticos. El Villarreal, visto lo visto, se desgastó lo mínimo. Lo único bueno entre los locales fue la entrada de los canteranos Holsgrove y Alfon.
Por fortuna, la Liga para y no tienen partido de Copa, porque es complicado imaginar a día de hoy una victoria sobre nadie. Con 12 días por delante antes de enfrentarse al Betis (día 20 de enero, 21:00 horas), queda mucho trabajo psicológico para reconducir la situación. ¡Benditas cinco victorias!
Celta: Rubén Blanco; Mallo, Araújo, Murillo, Olaza; Okay; Denis Suárez, Beltrán (min.73, Alfon), Baeza (min.45+, Holsgrove); Brais Méndez y Santi Mina.
Villarreal: Asenjo, Rubén Peña, Albiol, Pau Torres, Pedraza (min.86, Costa), Parejo, Capoue (min.66, Chukwueze), Trigueros (min.86, Coquelin), Moi Gómez (min.79, Bacca), Gerard Moreno y Fer Niño (min.66, Yeremy).
Goles: 0-1, min.4: Gerard Moreno resuelve tras pérdida de Denis; 0-2, min.14: Moi Gómez, esta vez tras fallo de Rubén; 0-3, min.19: Parejo, de libre directo; 0-4, min.30: Fer Niño, a placer.
Árbitro: Estada Fernández (Colegio Catalán). Mostró cartulina amarilla a Brais.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 18 de La Liga disputado en el Estadio Municipal de Balaídos.