Mejoró el Celta, muy diferente al del pasado lunes en Cornellá, especialmente en la salida de balón, pero el mazazo final echó por tierra todo el trabajo hecho en los 85 minutos anteriores. No fue excelso el juego vigués, pero sí experimentó una mejoría suficiente para ganar al Getafe. Cuando todo apuntaba a una victoria por la mínima, llegó la pájara generalizada en la defensa para que Ángel remató un balón que nunca podía haber llegado hasta sus botas.
Unzué sacrificó a dos de las tres piezas del centro del campo que había naufragado en Cornellá, Lobtoka y Wass, dando entrada a Tucu Hernández y al canterano Brais Méndez. Además, Sergi Gómez ocupó el puesto de central en el lugar de Cabral. El técnico quería invertir la preocupante parálisis de la que adoleció el equipo en la fase creativa y el chileno dio mayor movilidad a la salida de balón, consistencia en el repliegue y clarividencia para mover al equipo al ritmo que necesitaba.
A pesar de los relevos, parte de la grada de Balaídos no dio tregua y tan solo habían pasado cuatro minutos cuando ya silbaron un pase atrás de Mallo. Fue precisamente el lateral el que el minuto 24 asistió de cabeza para que el cazagoles del Celta volvieses a embocar la primera que tocaba. El estado de clarividencia de Maxi Gómez es una bendición. Todo lo que pasa por sus botas llega a la red.
El gol calmó los ánimos de la parroquia, escasa en la noche del jueves, pero animosa durante gran parte del encuentro. La necesidad del triunfo empujó a los presentes para dar aliento a su equipo. No era momento de dudas.
A medida que el Tucu se hizo omnipresente, el Celta ganó enteros, aunque del medio campo hacia arriba tanto Aspas como Sisto mantuvieron la línea plana con la que han empezado esta temporada. Apenas se vio a Brais, quizás todavía perdido en la inmensidad de la Primera División.
El canterano dejó su sitio a Emre Mor después de que Bordalás buscase la reacción con Jiménez y Ángel. Había espacios para correr y aprovechar la zurda del turco, así que Unzue no se lo pensó dado el poco rendimiento que había ofrecido Brais.
La entrada de Emre Mor provocó el pánico en la defensa del Getafe. Con 70 metros para correr, el ex del Borussia campó a sus anchas. Solo le faltó el último pase para concretar, pero al menos revertió el dominio madrileño que apuntaba mal para los locales, especialmente tras una ocasión de Molina que Sergio sacó con acierto.
Pero la tragedia céltica aun estaba por llegar. En el último suspiro, con todo controlado, sin ningún apuro, la defensa del Celta se olvidó de que el Getafe también jugaba. Incomprensiblemente, un balón cruzó todo el área, de costa a costa, por delante de Jonny, Sergi, Fontás y Mallo hasta llegar a Ángel.
Un mazazo que supone perder dos puntos ya en el bolsillo, pero sobre todo que deja muy malas sensaciones en el equipo y el celtismo. Un empate que sabe a derrota.
Celta: Sergio, Hugo Mallo, Fontás, Sergi Gómez, Jonny, Brais Méndez (Emre Mor, 59), Tucu, Jozabed (Wass, min. 81), Sisto (Lobotka, 73), Aspas, Maxi.
Getafe: Guaita, Damián, Djené, Cala, Antunes, Arambarri, Bergara, Portillo (Ángel, min. 55), Fajr (Jiménez, min. 55), Amath y Molina.
Goles: 1-0, min. 24: Maxi Gómez cruza ante Guaita tras pase de Mallo de cabeza. 1-1, min. 85: Ángel, solo en el segundo palo.
Árbitro: Trujillo Suárez (Comité Canario). Mostró tarjeta amarilla a Djené, Jozabed, Antunes, Maxi Gómez y Jiménez.
Incidencias: Quinta jornada de Liga disputada en el Estadio Municipal de Balaídos.