La actitud importa, las ganas también; no puede faltar un poco de fortuna, pero las intenciones son una arma imprescindible en cualquier equipo profesional. El Celta demostró este domingo que tiene mimbres para grandes metas, por desgracias lejos ahora mismo. Tras dos partidos de escaso rendimiento, el conjunto dirigido por Óscar García saltó al césped de Balaídos con las ganas necesarias para sacar el partido adelante y el Alavés pagó los platos rotos. Por fin un poco de luz y esperanza en el horizonte: seis goles, buen juego, el descenso más lejos y el regreso de Nolito.
Y es que el conjunto vigués sabía lo que se jugaba y salió en tromba. Apenas dos minutos tardó en generar la primera ocasión de peligro, un disparo de Okay que se fue lamiendo el palo, en cualquier caso anulado por un fuera de juego previo de Smolov. Presión alta, llegada por bandas, combinación entre líneas, parecía otro Celta.
Esa intensidad llevó hasta el córner que abrió el marcador. El rechace llegó a la bota de Denis, que con su guante diestro sacó un centro medido al segundo palo, donde Murillo se elevó para conectar un testarazo impecable lejos de Roberto.
Solo habían pasado quince minutos y el partido estaba roto. Con el Alavés embotellado llegó otro saque de esquina decisivo, este desde la banda contraria. Okay remató y una mano de un defensa se interpuso. El árbitro ni lo dudó y Aspas esta vez no falló. Veinte minutos y dos goles, algo no visto esta temporada en Balaídos.
Pero el show acababa de comenzar y la roja directa a Martín, por duro plantillazo a Rafinha, allanó el camino. La impecable primera parte se completó con otros dos goles, mejor dicho golazos, del hispano-brasileño. Uno desde cada perfil del área con sendos disparos perfectos. El paraíso, en Balaídos, mucho tiempo después.
El resto del encuentro fue un placentero oasis en el que Óscar García reservó a hombres básicos en su esquema, como Rafinha, y dio entrada al recién llegado Nolito. El Alavés intentó la reacción con refuerzos de sus jugadores más jóvenes, pero el marcador era demasiado abultado y no había opción a la remontada. El abultado resultado se redondeó con un nuevo penalti, este sobre Kevin y marcado por Nolito, en el regreso del hijo pródigo, y otra asistencia del gaditano que no perdonó Santi Mina.
La goleada aleja el descenso a cuatro puntos, pero nadie puede relajarse porque este mismo miércoles (19:30 horas) hay partido complicado en San Sebastián. Una derrota frente a la Real Sociedad devolvería el nerviosismo a los vigueses a la espera de recibir al Barça en casa. El camino de la resurrección se abrió ante el Alavés. Los viejos defectos no pueden volver.
Celta: Rubén; Olaza, Murillo (min.73, Aidoo), Araújo, Kevin; Okay (min.45, Bradaric), Beltrán (min.64, Beltrán), Rafinha (min.45, Nolito), Denis Suárez; Smolov, Aspas (min.64, Brais Méndez).
Alavés: Roberto; Martín, Laguardia (min.45, Ely), Magallán, Javi López; Fejsa, Pere Pons (min.31, Ximo Navarro), Borja, Edgar (min.83, Rioja); Lucas (min.45, Paulino), Joselu.
Goles: 1-0, min.13: Murillo, de cabeza tras centro de Denis; 2-0, min. 20: Aspas, de penalti; 3-0, min. 40: Rafinha, por la escuadra; 4-0, min.42: Rafinha, de nuevo desde el perfil contrario. 5-0, min.78: Nolito, de penalti. 6-0, min. 86: Santi Mina, tras asistencia de Nolito.
Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Mostró roja directa a Martín por dura entrada a Rafihna y cartulinas amarillas a Lucas Pérez y Okay.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 30 de La Liga disputado en el Estadio Municipal de Balaídos. Sin público por las medidas tomadas debido a la pandemia del Covid-19.