Desde el consistorio se alude a la existencia de intereses ocultos tras esta decisión, que a su juicio “no obedece al interés del Celta y la ciudad de Vigo sabe muy bien a qué razones obedece”, aunque en ningún momento aclaran qué motivos son esos.
Además, califican de “antidemocrática” la postura del club y se escudan, como suele hacer el propio Caballero, en que la defensa de Vigo está por encima de todo. “La defensa de la ciudad de Vigo, de sus ciudadanos, es lo que siempre movió a este gobierno. Y seguiremos defendiendo Vigo contra todos los que lo intenten perjudicar”, indican.
El Concello también recuerda la inversión que está haciendo en Balaídos, a pesar de que el Celta ha dejado claro que no le gusta y que a partir de ahora se desentiende de ella. Desde el Ayuntamiento incluso se presume de que los acuerdos “se están cumpliendo” siguiendo “plazos adecuados”, aunque por el momento ni las obras de Tribuna ni la de Río se han terminado en el tiempo comprometido.
Por último, han pedido que no se mezcle fútbol y política. “Este gobierno fue democráticamente elegido por los ciudadanos y se debe a los ciudadanos. Otros defienden sus intereses. Nosotros al campo de fútbol vamos a ver fútbol, a animar al Celta, no a hacer política. Los campos de fútbol son para ver fútbol, no para hacer política», concluyen.