La gestación del himno del Real Club Celta de Vigo ha sido un secreto muy bien guardado, pero finalmente ha valido la pena oírlo y, sobre todo, verlo en imágenes. El video oficial, realmente precioso, puede verse en YouTube y no deja a nadie indiferente.
El artífice del himno ha sido el popular cantante C Tangana, vinculado familiarmente con la ciudad de Vigo, que ha conseguido encajar diferentes aspectos del club y de la propia ciudad y de su entorno, como si fueran las piezas de un complicado puzzle unidas mediante una letra y una música bastante compleja. La obra tiene un gran mérito.
La grabación del video promocional se ha llevado a cabo, mayoritariamente, en la isla de San Simón y el puente de Rande, con la participación singular de la Coral Casablanca, uno de los tesoros musicales que tiene -y que debe cuidar- la ciudad de Vigo. La música, la letra y las imágenes del vídeo en su conjunto resultan espectaculares, sin duda. Sin embargo, la afición del Celta no tendrá demasiado fácil aprender toda la letra con sus correspondientes inflexiones musicales, porque eso es algo demasiado complejo para que lo pueda llevar a cabo toda la afición de un estadio sin ninguna formación musical ni dirección coral.
En mi opinión, este himno del Celta es muy meritorio y artístico, da muy buena imagen de la ciudad de Vigo y del club, pero coincido con el concepto popular de lo que es un himno, algo que a su vez coincide con la definición de la RAE: “Composición musical emblemática de una colectividad, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan”. Todo correcto, salvo que la afición tendrá muy difícil interpretarlo, por eso opino que no es un himno del Celta, sino una canción del Celta.