Sin embargo, hay veces que no puede ser. Ha sido una de ellas. Un Somozas solvente como tantas otras ocasiones se ha visto condicionado en exceso por una actuación arbitral muy discutida, que ha llegado a privarle de un gol al filo del descanso, e incluso por la meteorología, ya que el césped encerraba la sorpresa acuática esperada en un día como este.
Despertaba el líquido elemento acumulado ante un filial olívico que, teóricamente, no desembarcaba en Pardiñas en su mejor momento. Sin embargo, no dejaría una imagen desagradable, especialmente en la parte inicial y central del primer tiempo. Diego Dopico sería uno de los protagonistas del arranque, con un disparo efectivo y fuerte y otro letal desde posición avanzada.
Juan Martínez Rey centraba la búsqueda primera al amparo de un veloz Álex Bao y con Miguel Fiuza encargándose de despejar al pie de Marc Martínez Aranda, correcto bajo palos. El juego se detenía alrededor del portero ya desde el minuto 7, pero también en banda y pese al comienzo irregular de un equipo vigués que se haría fuerte solo un poco más tarde.
Pablo Antas se empleaba a fondo para detener al contrario, no dejaba de esforzarse y tenía recursos para salir adelante. Sin embargo, el cuadro de Míchel Alonso desperdiciaba algunas de sus mejores oportunidades, las que nacían en el lateral del campo. El paso de los minutos serviría para comprobar que el Somozas no podría detener algunas acciones envenenadas.
Sería precisamente ese factor el que derivaría en el 0-1, obra de Borja Iglesias en el minuto 12 y cantado desde segundos antes por una concatenación de pequeños grandes errores. Se le ponía cuesta arriba a los locales el reto excesivamente pronto pese a su buen hacer. Bao peleaba cada balón, pero el Celta B despistaba con acierto al rival desde su gol.
El segundo equipo del Celta se volcaba en el centro del campo tras hacerse merecedor de ventaja en el marcador. Aunque dejaba ligeramente desatendida la línea defensiva, no le pasaría factura con un Somozas algo despistado y con un once que detenía con corrección los ataques. Renacía la capacidad de peligro local con un serio Edy, que intentaba conectar con Miguel Fiuza.
Era un partido para la efectividad, el mínimo despiste pasaba factura. Salía caro. Arreciaba la lluvia y a punto estaba el anfitrión de igualar la lucha, pero la suerte volaba. Despejaba Kevin tras estrenar una buena jugada Héber Pena e intentar enlazar con el adelantado Pablo Antas. Pena, por cierto, caracoleaba como suele, pero árbitro, tiempo y muro vigués lo frenaban.
Mientras, Edy optaba por sacar sus cartas y despistar como sabe al de enfrente. De testigo privilegiado, un colegiado, el asturiano Fernández Pérez, constantemente criticado a pie de campo y en la grada. No parece que su actuación fuese transparente, más bien se antoja influyente. A los de Vigo les costaba generar, pero tenían calidad y el viento soplaba a su favor.
Ese proceder del trencilla parecía destinar al Somozas a cargar menos pólvora y pecar de poco incisivo por momentos. En todo caso, los locales no se amedrentaban, aunque el eje central no decantaba la contienda hacia bando somocense. Alfonso de la Cruz, potente de cabeza, pugnaba por el esférico ante un Celta B fuerte de pecho, controlando el movimiento.
Jordan añadía más sufrimiento en el 32, únicamente una carambola ayudaba a rebobinar y borrar un 0-2 que se acercaba. Remontaba entonces Juan, echándose el equipo a la espalda. Borja Fernández exhibía galones, buen físico y trabajo. Amarrando un pírrico 0-1, no importaba ni la amarilla a De Amo, básicamente por perder tiempo.
El «¡Vamos, chavales!» se mezclaba con el «¡Manos arriba, esto es un atraco!», que demostraría el hartazgo de la hinchada mediado el tiempo final. El asedio se demoraba hasta los tres minutos finales del primer período, con un Héber Pena totalmente enchufado. Parecía que el descanso ayudaría a recomponer las piezas, había tiempo.
Sin embargo, por si ya parecía todo complicado, el árbitro anulaba un gol aparentemente legal a los de Alonso al filo del regreso a los vestuarios. El escenario era diferente desde el 46, bien es cierto, pero se endurecía el partido en detrimento de los locales, que afianzaban su tendencia ofensiva.
Agotaba los cartuchos el míster del Somozas, con la entrada de Rubén, Jordi y Ares para potenciar la línea delantera sin que la trasera se resintiese. Incontables paseos del balón ante la meta de Óscar Santiago, ni una acariciando la red interior. Todo mientras el tapete se convertía en pista de patinaje y afeaba el espectáculo.
En un final de vértigo, el Somozas lograba el empate por mediación del vigués Soto, que fulminaba su propia portería en el 87. Un claro penalti, quizás la única jugada favorable a los locales señalada por el colegiado, valía la victoria, más que valiosa. Lo transformaba Edy. Ahora espera el Marino de Luanco, rival directo por la permanencia.
CRÓNICA DE RÁUL SALGADO PARA FERROL360.ES
Somozas: Marc, Bao (Ares en el 78), Dopico, Alfonso, Fiuza, Edy, Héber, Juan, Stefan (Jordi en el 65), Joseba (Rubén en el 52) y Antas.
Celta B: Óscar Santiago, Kevin, Crespo, Soto, De Amo (Youssef en el 89), Borja Domínguez, Jordan, Borja Fernández, Borja Iglesias (Javi Que en el 79), Señe y Luis Rioja (Pucheta en el 73).
Goles: 0-1, Borja Iglesias, minuto 12; 1-1, Soto en propia puerta, minuto 87; 2-1, Edy de penalti, minuto 90.
Árbitro: Pablo Fernández Pérez (Asturias), que ha mostrado cartulina amarilla a los visitantes De Amo, Crespo, Óscar Santiago y Soto y a los locales Álex Bao, Juan Martínez, Edy, Pablo Antas y Álex Ares.
Incidencias: 500 espectadores en el Alcalde Manuel Candocia.