El Real Valladolid ha decidido tomar medidas drásticas para evitar una invasión de aficionados del RC Celta en el partido que se disputará este sábado en el Estadio José Zorrilla. La decisión, motivada por «razones de seguridad», ha generado gran malestar entre los seguidores del conjunto celeste.
El club pucelano ha anunciado que la venta de entradas estará limitada exclusivamente a sus abonados, dejando fuera cualquier posibilidad de compra online o presencial para el público general. Además, las taquillas físicas solo atenderán incidencias el día del encuentro, sin despachar nuevas localidades.
Desplazamiento más esperado por la afición celeste
La hinchada del Celta esperaba con ilusión este enfrentamiento, considerado el desplazamiento más cercano de LaLiga para el equipo vigués. Con el horario programado para las 14:00 horas del sábado, se preveía una importante asistencia de entre 2.000 y 3.000 seguidores celestes. Sin embargo, el Valladolid solo ha asignado 600 localidades a la grada visitante, frustrando las expectativas de miles de aficionados que tenían planeado acudir al estadio.
Partido de alto riesgo
La Comisión Antiviolencia ha calificado esta misma mañana el partido como de «alto riesgo». Con una base de 24.000 abonados y un aforo total de 27.618 espectadores, el Valladolid dispone habitualmente de unas 1.500 entradas para cada partido. Sin embargo, en esta ocasión, dichas localidades estarán destinadas únicamente a abonados o personas vinculadas a ellos, mediante la compra de un máximo de cuatro entradas por socio.
La imposibilidad de adquirir entradas fuera de la grada visitante supone un duro golpe para la afición celeste. Además, se ha informado que cualquier seguidor del Celta que intente acceder al estadio fuera del sector visitante podría enfrentarse a restricciones, incluyendo la prohibición de portar símbolos o indumentaria del conjunto celeste.
Esta situación recuerda desplazamientos masivos de años anteriores, como el de mayo de 2013, cuando más de un millar de aficionados celestes acompañaron al equipo en un partido crucial por la permanencia. Sin embargo, las actuales limitaciones impuestas por el Valladolid y la, ya mencionada, Comisión Antiviolencia marcan un precedente que dificulta este desplazamiento multitudinario.
Esta situación, lejos de convertirse en una controversia entre aficiones ha generado un inesperado vínculo entre la afición del Real Valladolid y la del Celta de Vigo. En un gesto de solidaridad, algunos aficionados pucelanos han ofrecido su ayuda a los seguidores celestes para adquirir entradas en el estadio José Zorrilla, una acción que ha sido interpretada como una muestra de descontento hacia su propia directiva.
Para los seguidores del Valladolid, esta situación representa un doble perjuicio: no solo afecta la experiencia de los aficionados visitantes, sino que también podría suponer pérdidas económicas para su propio club al restringir la venta de entradas. «Es una medida que nadie entiende. En lugar de fomentar el ambiente futbolístico, parece que lo están limitando», comentó un aficionado vallisoletano en redes sociales.
Un estadio lleno, pero con menos celtismo
A pesar de las restricciones, se espera una buena entrada en el Estadio José Zorrilla. No obstante, la asistencia de seguidores del Celta será notablemente inferior a lo deseado, dejando en evidencia las tensiones entre la gestión de la seguridad y el espíritu que caracteriza a este tipo de encuentros.
El Celta implementa un sistema de pre-reserva
Por su parte, el RC Celta ha instaurado un nuevo protocolo para gestionar la venta de entradas en partidos de alta demanda. Según el club vigués, las 600 localidades asignadas se distribuirán mediante un sistema de pre-reserva que prioriza la antigüedad de los abonados y un sorteo.
Este método ha generado descontento entre algunos socios, especialmente aquellos con menor antigüedad, quienes han quedado fuera del reparto. De acuerdo con estimaciones preliminares, solo los abonados con al menos 18 años de antigüedad lograron obtener entradas, debido a la escasa disponibilidad y el alto interés por el encuentro.