El singular caso de Hugo Mallo ejemplifica a la perfección la auténtica fe de Eusebio en la cantera. En aquel tórrido verano de Melgaço fue valiente. El Celta decidió no contar con Edu Moya después de que este denunciase al club por impago y el técnico en vez de exigir un refuerzo para el lateral derecho optó por darle la alternativa a un chaval que apuntaba maneras pero carecía totalmente de experiencia. Mallo pasó a ser miembro de pleno derecho de la primera plantilla sin ni siquiera jugar un minuto en el filial. Fue un hecho insólito, una decidida apuesta sin precedentes.
Mallo no fue el único que se aprovechó de la convicción y la audacia de su entrenador. Con Eusebio también crecieron Iago Aspas, Dani Abalo, Roberto Lago, Yoel, Jonathan Vila, Toni, Michu, Joselu, Jordi Figueras… La mayoría no siguen en el Celta, pero todos han sido importantes en el club en uno u otro momento.
Con Eusebio los resultados no fueron los esperados. Llegó para arreglar el desaguisado de Pepe Murcia y lo logró con demasiado sudor. Quién no recuerda aquel partido ante el Alavés y la aparición providencial del ya mencionado Iago Aspas (otra muestra de su valentía, ya que se la jugó en el partido clave con un futbolista que apenas había disputado unos minutos con el primer equipo). Tras esta agónica salvación, se esperaba mucho de su segunda temporada, pero no pudo rescatar al Celta de su mediocridad, con la salvedad de su buen papel en la Copa, en la que llegó a cuartos y fue eliminado por el Atlético en una brillante eliminatoria.
Pero el legado de Eusebio dio frutos años después. El vallisoletano fue el primer entrenador que realmente apostó por la cantera. Con él, el club cambió. Su contratación fue el primer gran acierto de Carlos Mouriño. El presidente comenzó a darse cuenta de que se había equivocado en aquel año 2009 y con la inestimable ayuda del técnico, y también de Miguel Torrecilla, varió el rumbo de una nave que se iba a pique.
Eusebio plantó las bases de lo que sería el Celta en un futuro: un club volcado en la cantera y con una apuesta de juego ofensiva. Paco Herrera, Luis Enrique y Berizzo han continuado este proyecto, que ha devuelto al club vigués a la élite del fútbol español.
Ahora, casi seis años después de su marcha, Eusebio visita Balaídos al frente de la Real Sociedad, un equipo al que ha logrado reconducir y al que ha convertido en un rival directo del Celta. Se espera que la afición celeste le brinde un caluroso recibimiento, como ya hizo en su día con Herrera o Luis Enrique. Y es que Eusebio no será recordado por ser el entrenador que ascendió al Celta a Primera ni por ser el que asentó al equipo en la máxima categoría, pero no debemos olvidar que con él empezó todo.