La ‘retranca’, característica del sentido del humor gallego, parece que es contagiosa. Y es que un argentino y un brasileño tiraron de finísima ironía para celebrar el empate del Celta. Las pérdidas de tiempo del Granada estaban desquiciando a los célticos. Los jugadores locales se ‘desmayaban’ sin cesar sobre el césped de Los Cármenes y parecía imposible que en la segunda parte se jugase más de un minuto sin una larga interrupción.
El guardameta gallego Roberto, formado en A Madroa, fue el que más empeño puso en estas pérdidas de tiempo. Cada vez que sacaba de portería o le llegaba el balón se tiraba al suelo quejándose de calambres. Además, el portero es reincidente porque ya había hecho lo mismo en el partido de la primera vuelta disputado en Balaídos. El árbitro, el catalán Álvarez Izquierdo, no parecía dispuesto a atajar estas constantes y largas interrupciones del juego. Y el Celta, que tampoco tenía su noche, se desesperaba.
Pero apareció Bongonda en el descuento. El conjunto celeste mandó un balón al área. Larrivey lo cabeceó, Charles hizo lo mismo y el esférico cayó franco para que el belga marcase. Era su primer tanto con la camiseta del Celta, pero no se llevó todo el protagonismo. Y es que Charles y Cabral movidos por la euforia del momento y el ánimo de revancha, se inventaron una celebración nunca antes vista en el mundo del fútbol. El brasileño se tiró al suelo y alzó la pierna derecha, que sujetó con sus manos Cabral. Sí, estaban simulando que Charles tenía calambres. Cabral trataba de poner la pierna en vertical para que no se le subiese el gemelo a su compañero, un gesto que ya habían realizado varios jugadores del Granada anteriormente con la misma dosis de interpretación pero sin un ápice de sarcasmo.
Esta ingeniosa celebración ha sido muy aplaudida por la afición celeste, que, no lo vamos negar, tiene una especial inquina al Granada después de lo sucedido en el ‘play-off’ de ascenso de hace cuatro temporadas.