Iago Aspas sellaba ayer por la tarde su continuidad en el Celta de Vigo hasta junio de 2026. El ídolo de Moaña, arropado por su familia en la rueda de prensa posterior a la firma, mostró su felicidad por seguir vinculado al club de su vida y dejó abierta la puerta a una posible ampliación más allá de 2026, aunque supeditándola a su rendimiento y sensaciones sobre el terreno de juego.
Un acuerdo rápido
La renovación de Aspas se gestó sin ningún problema, según confesó el propio jugador: «Tardé cinco minutos en acordar mi última ampliación de contrato». Un factor clave en su decisión ha sido la llegada de Claudio Giráldez al banquillo celeste. Aspas reconoció que con el nuevo entrenador ha recuperado la alegría y el disfrute por el fútbol, lo que ha influido positivamente en su deseo de continuar.
«El año pasado al principio no me encontraba del todo cómodo, aún venía de las molestias de la temporada anterior e iba muy renqueante de la espalda. Me costó empezar, pero acabé la temporada pasada muy bien. Mi evolución fue, como la del equipo, de menos a más. Esta temporada empecé de la mejor manera posible y la alegría del día a día y esa felicidad del fin de semana fue lo que nos llevó a tomar esta decisión», explicó el delantero.
El futuro y el deseo de un título
A pesar de la renovación hasta 2026, Aspas prefiere ir «año a año», como él mismo declaró, utilizando la conocida frase de «partido a partido» para extrapolarla a su futuro contractual. «Ahora mismo lo veo muy lejos, queda un año y medio para que termine mi contrato. El día a día y los partidos nos ayudarán a pensar una cosa u otra», añadió.
A nivel individual, el máximo goleador en la historia del Celta no oculta su ambición: «Me gustaría seguir batiendo todos los récords posibles» y, sobre todo, celebrar «un título» con el club. Un deseo compartido por todo el celtismo.
El Celta y la afición
Aspas reafirmó su arraigo al Celta, recordando que en anteriores ocasiones, ante el interés de otros clubes, siempre priorizó su regreso a casa. «Volvía para estar en mi casa, para formar la preciosa familia que tengo y me gustaría quedarme hasta que el alma y el cuerpo me permitan disfrutar en el terreno de juego», concluyó.
El moañés, visiblemente emocionado y arropado por su familia, transmitió un mensaje de optimismo y compromiso con el club y la afición. «Espero que esta renovación nos traiga muchas cosas bonitas», señaló, dejando claro que su deseo es seguir disfrutando del fútbol en Balaídos y continuar haciendo historia con el Celta.