La Copa del Rey marcó un antes y después para él. Participó en los cuatro partidos que el Celta disputó en dicha competición y también se vieron incrementados sus minutos en Liga, donde solo había jugado ante el Levante hasta entonces: «La Copa fue importante para mí, fue un paso adelante para enseñarle tanto al míster como al resto de la gente que estoy preparado. Por suerte, entré en la dínámica de tener minutos y espero seguir trabajando así durante las semanas para continuar ayudando al equipo». Sobre su posible titularidad en Anoeta, asegura que «yo trabajo todas las semanas para jugar, esté Orellana o no. Intentaré hacerlo lo mejor posible si juego».
Con Larrivey y Charles, la competencia en la punta del ataque es muy dura, por lo que a Mina le está tocando jugar por banda derecha. Poco a poco se está aclimatando a esta posición gracias a los consejos de su entrenador y de algunos componentes de la plantilla: «Al principio se me hacía un poco incómodo, no sabía cómo moverme, pero estuve trabajándolo con el míster y Orellana y el resto de compañeros me enseñaron movimientos que podía hacer».
Otro matiz en el que está trabajando Santi Mina es el aspecto físico. Sabe que tiene que ganar fortaleza para competir con garantías en Primera División y el club le ha marcado unas pautas específicas: «Pedro (Docampo, preparador físico del Celta) tiene un plan para mí, para hacerme más fuerte. Sabía que si no trabajaba en este aspecto no iba a poder competir en Primera. Estoy haciendo trabajo de fuerza con mi propio cuerpo».
Santi Mina es hijo del central de mismo nombre que jugó en el Celta en la década de los ochenta. Asegura que su progenitor no le da demasiados consejos y que prefiere que descubra por sí mismo los entresijos del mundo del fútbol: «Mi padre nunca viene al estadio y a veces ni ve los partidos por televisión. Sabe que me tiene que dejar que yo haga las cosas por mí mismo».
Por último, se refirió al recibimiento que dio la afición a la plantilla en los prolegómenos del Celta-Córdoba: «Vas en el autobús y ves las bengalas y es una experiencia única. Te entra un cosquilleo por el pecho inolvidable. Esperemos que las cosas sigan yendo bien y que esto se haga con más regularidad».