Esta operación, que se lleva a cabo después de que los socios del Mercantil dieran el visto bueno en la asamblea del pasado domingo, permite al Celta contar con patrimonio por primera vez en su historia. El club ha pagado 5 millones de euros por la compra de este céntrico y emblemático edificio. El Mercantil, que aún no ha definido cuál será su próxima sede, tiene un plazo de tres meses para abandonar el inmueble. Una vez vencido este plazo, comenzarán las obras para convertir el edificio en el centro neurálgico del celtismo.
El Celta tiene previsto ubicar en Príncipe, además de las oficinas del club, una residencia para los jugadores de la cantera, una policlínica y un café temático que se convierta en punto de reunión habitual de los aficionados del Celta.
Con esta compra, Mouriño cumple uno de los tres retos que se ha marcado para convertir al Celta en un club moderno y de referencia. El segundo, la rehabilitación integral del estadio de Balaídos, también está ya en marcha. El tercero es la construcción de una nueva Ciudad Deportiva en Valladares, que permitirá al club trabajar más intensamente con la cantera. Este proyecto, de momento, no ha sufrido avances importantes.