La polémica campaña de abonados que sacó adelante el Celta la presente temporada, en la que se obligaba a los aficionados a pagar 50 euros pese a no haber garantías de poder entrar en el estadio de Balaídos, se saldó con la pérdida de 5.668 socios. Esta cifra, que el club había mantenido en secreto hasta ahora, ha sido revelada este viernes por el presidente, Carlos Mouriño, que se mostró “muy contento” y “tremendamente satisfecho”.
“A pesar de las protestas y discusiones que tenemos con la afición sabemos que respaldan el proyecto”, declaró. Según defendió, esos abonados “serán fácilmente recuperables” cuando se permita el acceso a los campos de fútbol. Mouriño apuntó que cada año se dan de baja unos 3.000 socios y resaltó el hecho de que esta vez apenas se produjeran altas debido a la situación sanitaria.
En suma, el Celta se queda con 16.801 abonados (-25%) a los que el club está “muy agradecido”. Así, Mouriño confirmó que estos aficionados tendrán una “recompensa” el próximo curso al gozar de prioridad para acceder a Balaídos. En caso de que las autoridades sanitarias permitan completar el aforo al cien por cien, todos ellos podrán seguir los partidos desde la grada, aunque habrá que reubicar a algunos debido a las obras.
El presidente se quejó de que el Concello de Vigo no les informa de cuántas plazas se perderán a raíz de la recolocación de los asientos de Río Bajo. Además, volvió a criticar duramente al alcalde por la reforma de Balaídos y por sus declaraciones grandilocuentes. A este respecto, informó de la interposición de una demanda para reclamar la extinción del convenio de las obras del estadio. Además, mostró su temor por que este conflicto acabe resolviéndose por la vía penal.