Carlos Mouriño y Florentino Pérez, presidentes del Celta y Real Madrid, respectivamente, acudieron a la comida de directivas previa al duelo de esta tarde en Balaídos, donde se respiró cordialidad pese al malestar que causó en el club gallego el fichaje del joven Bryan Bugarín.
El lugar elegido fue el restaurante Los Abetos, en la localidad vecina de Nigrán. El presidente y máximo accionista del Celta llegó con quince minutos de antelación en su coche particular.
“Todo está bien, todo está solucionado”, dijo Mouriño a su llegada, minutos antes de fundirse en un abrazo con el presidente blanco, que llegó arropado por varios de sus directivos y el exfutbolista y actual director de relaciones institucionales del club, Emilio Butragueño.
Pese a las tensiones surgidas por el fichaje del joven Bugarín, que motivaron la ausencia del presidente Carlos Mouriño en el palco del Santiago Bernabéu en el partido de ida, ambos se dejaron fotografiar juntos este mediodía, muestra del regreso de la cordialidad.