No faltaron las bromas con los más pequeños y el «voy ahora del jugador» entre las muchas peticiones que le llegaban. Con buen humor, el extremo del Celta atendió a los pequeños y sus padres, que querían inmartalizar el momento con el correspondiente ‘selfie’. Tras unas carreras por el césped, el futbolista vivió una particular segunda sesión de entramiento, quizás más intensa que la primera. Lo que fue, serguro, más estresante.