Ayer, el Sevilla ayudado por un árbitro infumable y una táctica de Berizzo un tanto suicida venció al Celta por 4 a 0. No pasa nada. ¿Quién dijo miedo? Hoy en el entrenamiento Iago Aspas ya está lavando el cerebro a la plantilla de que la remontada es posible: Esta noche soñé que pasamos la eliminatoria, lo veo.
En la ducha al acabar el entreno continúa Cabral: El Sevilla vendrá confiado y eso va a ser su perdición. Hay que salir al 200%, los vamos a acorralar en su campo, el primer balón hay que tirar a puerta y la primera falta también será nuestra. Los vamos a machacar.
Al día siguiente le toca a Nolito insuflar ánimos a la plantilla: Tucu, esto está hecho, ir pensando en la final contra el Barça. Y luego Hugo Mallo, Jonny, Fontás dando la matraca hasta que llegue el día y los celestes salten al campo como un Miura en Las Ventas y la afición convierta Balaídos en una olla hirviendo. El Sevilla tiene que sufrir el miedo escénico al lado del Lagares.
La prensa deportiva madrileña, la Federación y la Liga Profesional no dan opción al Celta para llegar a la final.
Se van a enterar.