La mecánica de las terapias de esta cámara hiperbárica que está utilizando el mediocentro celeste se basa en el principio médico que reconoce al oxígeno como un elemento fundamental para la cicatrización de las heridas y fracturas. Las lesiones traumáticas características del deportista producen daños en los tejidos e hinchazón, impidiendo el flujo normal de oxígeno en la zona lesionada. A su vez, las áreas hinchadas producen células que necesitan un alto nivel de oxígeno. Por lo tanto, los tejidos que se encuentran lesionados demandan una gran cantidad de oxígeno en el momento menos indicado para obtenerlo.
Una forma efectiva de aumentar sensiblemente el contenido de oxígeno en la sangre es disolver grandes cantidades del mismo en el plasma. Con el cuerpo sometido a una presión atmosférica mayor del nivel normal, la cantidad de oxígeno disuelto en el plasma se incrementa hasta 23 veces, permitiendo que los tejidos dañados obtengan la cantidad adecuada y sanen rápidamente.
Además, la presión elevada de oxígeno reduce el flujo sanguíneo en un 20 por ciento, disminuyendo la presión sanguínea en los capilares y en consecuencia la inflamación. Igualmente la mayor concentración de oxígeno ayuda a la eliminación del ácido láctico y con ello la fatiga. La cámara hiperbárica, con 14 plazas, acelera la recuperación en lesiones de músculo-esqueleto y propicia una mejor consolidación de las mismas, siendo usuarios actualmente algunas mutuas laborales relevantes.
Hace unas semanas, cuando se cumplieron cuatro meses desde su intervención, plazo previsto en un principio para su recuperación, Juan José García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta, reconoció que la recuperación iba más lenta de lo que se podía prever en un principio. El doctor, no obstante, aseguró que el jugador mantenía la esperanza y que no se planteaba todavía una retirada prematura.