Moverse en las altas esferas es complicado. El mundo del lujo no es un camino de rosas, ¡al contrario! Ya lo dice la baronesa Thyssen: «Ser rico es muy difícil, conlleva una gran responsabilidad». Además, los ricos suelen estar mal vistos. Pura envidia. Estos señores y sus amigos -y los amigos de sus amigos (e incluso los cuñados de los amigos de sus amigos)- necesitan un espacio propio en el que no puedan ser importunados.
Por eso considero totalmente lógico que la primera exigencia de la UEFA cuando un equipo se clasifica para Europa sea construir más palcos VIP. Yo, que reconozco que soy un poco radical, propongo ir más allá. ¿Por qué no cubrir las tres cuartas partes del estadio con palcos? Dejemos un pequeño espacio para que esos alegres muchachos de las clases populares entonen esos cánticos que tanto alegran a los jugadores y acristalemos el resto de la grada. Así, cualquier rico podrá disfrutar del fútbol a todo tren sin temor a pisar un suelo repleto de cáscaras de pipas.
No nos dejemos llevar por el viejo y desfasado romanticismo que a veces emponzoña el deporte. El fútbol es un negocio y los clubes son marcas. Y las buenas marcas, cuanto más caras, mejores son. ¿Se acuerdan de aquel turrón que se anunciaba como el más caro del mundo? Nunca lo he probado, pero tengo claro que es mucho más sabroso que ese que nos cuelan nuestras empresas en las cestas de Navidad.
En el tenis han ido un paso por delante en este aspecto. Por ejemplo, el Open de Madrid se ha convertido en una pasarela de famosos y demás gente pudiente. Han descubierto que lo que pasa en la cancha es secundario, lo importante es que esa gente se luzca. Que su marca se fusione con tu marca y así crear una ‘supermarca’.
El Celta se está planteando subir el precio de los abonos de cara a la próxima temporada. Y hace muy bien. Hay que velar por la marca. Ahora que estamos en Europa tenemos que dar buena imagen. ¡Qué pensarán por ahí si se enteran de que estamos prácticamente regalando abonos a mileuristas y parados, de que es mucho más barato ir a Balaídos que al Bernabéu o al Camp Nou! Los críticos -siempre hay críticos y suelen ser unos plastas demagogos- dicen que, teniendo en cuenta que este año ya bajó la asistencia a Balaídos, el estadio se va a despoblar si suben los precios. ¿Y cuál es el problema? ¡Habrá más espacio para construir palcos VIP!