El que la sigue, la consigue. Ese fue el lema que se tatuó a fuego en el pecho Sergio Álvarez en el momento que se enfundó por primera vez unos guantes de portero. La persistencia y la tenacidad del de Catoira le han convertido en un ejemplo a seguir para todo hijo de vecino que persigue sus sueños. Una inspiración para una sociedad en la que cada vez es más difícil ser fiel a una vocación innata. Un día Sergio fantaseó con ser un portero de Primera División y después de una larga espera plagada de trabajo y sacrificios lo ha conseguido. Le costó 28 años, pero por fin pertenece a la élite. Porque el que la sigue, la consigue. De hecho el pasado mes de noviembre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) le nombró mejor portero del campeonato. Toda un aviso de peligro para el Real Madrid y su artillería, ya que este reconocimiento Sergio se lo ha ganado en cada una de las grandes citas de la presente temporada. Sus manos salvadoras permitieron al Celta salir invicto del Calderón y victorioso del Camp Nou y del derbi en Balaídos frente al Deportivo de la Coruña.
Ciento cinco metros distanciarán este sábado en el Santiago Bernabéu a Sergio Álvarez de Iker Casillas. Dos porteros cuyas miradas solo se han cruzado en dos ocasiones anteriores y precisamente en el mismo escenario. La primera vez fue en octubre del 2012 en la visita celeste al templo madridista después del ascenso. Sergio, que jugó ese día debido a la lesión de Javi Varas, encajó dos goles. La segunda vez que se vieron las caras -enero del 2013- fue en un encuentro de octavos de final de Copa del Rey. La derrota fue más dolorosa. El de Catoira recibió cuatro tantos y el Celta perdió la eliminatoria. Pero este sábado el encuentro será diferente porque la edad, la presión y las circunstancias han sembrado las dudas sobre la figura de Iker Casillas y Sergio, que siempre ha sido ‘o Gato’, ahora también es ‘el Santo’ de este Celta. El gallego está siendo el héroe celeste de esta temporada y ya sabe lo que es aguarle la fiesta a la afición colchonera, a la culé y a la del eterna rival, la deportivista. Los siguientes en su agenda son los merengues.
El fenomenal arranque de los de Berizzo esta campaña se cimentó sobre varios pilares. Aunque sin duda uno de los más importantes fue el que puso Sergio en el Calderón. En su visita al vigente campeón de Liga, la notable actuación del guardameta canterano permitió a los vigueses lograr un valioso empate (2-2). Una inyección de moral para todos sus compañeros y un subidón de confianza para el de Catoira que se vio reflejado el fin de semana siguiente en el derbi gallego. Los celestes iban ganando por 2-1 al Deportivo cuando el árbitro pitó penalti a favor de los coruñeses en el último minuto. Mientras todo Balaídos se tapaba los ojos para no contemplar la tragedia, Sergio volaba para obrar el milagro y rechazar el lanzamiento de Mendunjanin. Tras esto, hubo que esperar otros cinco partidos para volver a ser testigo de otro prodigio del ‘Gato’. Fue en el Camp Nou y hasta los palos se aliaron con él. En una noche histórica para el celtismo el conjunto vigués derrotó por la mínima a un Barcelona que acabó desquiciado. Sergio hizo ocho paradas, cuatro de ellas providenciales, y el balón rebotó en cuatro ocasiones contra los palos de su portería.
Después de cuatro partidos sin ganar y tres derrotas consecutivas, el Celta buscará este sábado a las 20.00 horas romper su mala racha. En el Bernabéu todos los focos estarán apuntando hacia las flamantes estrellas del Real Madrid. Ronaldo, Bale, Benzema, James, Isco y los demás miembros de la constelación blanca acapararán toda la atención mediática, pero al final de los noventa minutos será Sergio quien intentará ser el centro de todas las miradas tras haber truncado los planes de los de Ancelotti. Porque él es el héroe del Celta, el héroe de las grandes citas.