Una genialidad de Iago Aspas a tres minutos para el descanso puso en ventaja al Celta tras una primera parte algo sosa en la que los celestes llevaron la iniciativa, pero sin apenas crear peligro. El Espanyol, muy conservador, solo asomó la cabeza pasada la media hora.
El conjunto barcelonés le cedió el balón descaradamente al Celta. Este escenario, en principio, era el preferido para los hombres de Berizzo. Pero les siguió faltando chispa, como en anteriores encuentros. Sus compañeros buscaban a Nolito por banda izquierda. El gaditano, sin embargo, no acaba de culminar las jugadas. Por la derecha, apenas aparecía Bongonda, mientras que Wass, este sábado lateral, no veía recompensado su generoso esfuerzo subiendo una vez tras otra la banda.
El encuentro transcurría sin ocasiones y con un dominio estéril del Celta. Afortunadamente, al filo de la media hora se empezó a animar. El primero en probarlo fue Bongonda. El belga, casi inédito hasta ese momento, demostró que podía valer la pena buscarlo un poco más. Recogió un balón en la banda derecha, se fue al medio y soltó un zurdazo seco que se fue muy cerca del palo.
El primer acercamiento peligroso del Espanyol se produjo en el 32. Víctor Álvarez no llegó por centímetros a rematar un buen servicio de Fuentes desde la izquierda. Esta ocasión animó a los visitantes porque dos minutos después Sergio se tuvo que emplear a fondo para despejar un cabezazo desde el primer palo de Álvaro tras un lanzamiento de córner. El partido estaba adquiriendo el ritmo del que careció hasta entonces. La respuesta céltica no tardó en llegar. Wass centró y Bongonda remató fuera. Un minuto después, Nolito se fue de Javi López, se internó en el área y disparó a las manos del portero.
Cuando parecía que se estaba serenando el partido, apareció Iago Aspas para firmar una genialidad. El moañés recortó a Álvaro en la frontal, pisó la media luna del área, levantó la cabeza, vio a Pau López un tanto adelantado y envió una vaselina que se coló en la portería. Un auténtico golazo que premiaba el mayor dominio del Celta en la primera mitad.
Los celestes se pudieron marchar al descanso con mayor ventaja, pero se lo impidió el colegiado Fernández Borbalán, que anuló un gol de Bongonda por un fuera de juego que no era tal. El belga se encontraba en posición legal en el momento en el que Aspas le envió un gran pase. El atacante céltico disparó a puerta y se topó con Pau López, pero en el rechace consiguió marcar un tanto que no subió al marcador.
La segunda mitad tuvo un inicio muy movido. Y, paradójicamente, una acción que debería haber supuesto una dura losa para el Celta consiguió que los de Berizzo mostraran su mejor juego. Fernández Borbalán le mostró al inicio del segundo periodo la segunda amarilla a Tucu Hernández. Esta probablemente era merecida, ya que impactó con su codo en un rival, pero la primera, que había visto en el primer tiempo, no lo era. Como sucedió en el Benito Villamarín, el Celta se veía obligado a jugar casi todo el segundo tiempo con un hombre menos.
Pero al contrario que lo que ocurrió en Sevilla, el Celta no se echó atrás. Al contrario. Volvió a mostrar ese fútbol efervescente que tanto se le resistía últimamente. La presión celeste mordía la salida de balón del Espanyol y así comenzaron a llegar las ocasiones. La primera, solo unos segundos después de la expulsión del Tucu. Aspas envió un disparo al larguero tras recibir un servicio de Orellana. El disparo iba con tal fuerza que la portería tembló tras recibir el impacto del balón.
Los jugadores del Celta se multiplicaban haciendo de la carencia virtud. El Espanyol, sorprendido por esta fiera reacción, no daba una a derechas. En el 52, Nolito envió un pase que dejó a Aspas solo ante Pau López. El céltico intentó regatear al portero, fue perdiendo ángulo y mandó el balón al lateral de la red.
El Espanyol no conseguía reaccionar. La presión del Celta seguía siendo agobiante. Bongonda pudo marcar el segundo en una contra. El balón se estrelló en el palo. Aspas recogió el rechace, pero tardó unas décimas de más en reaccionar y se quedó sin posibilidad de disparo.
El conjunto catalán intentó cambiar el signo del partido introduciendo en el campo a hombres de ataque. El Celta bajó un tanto el ritmo, pero tampoco sufrió en exceso. De hecho, Aspas aún contaría con una nueva oportunidad a la contra. Esta vez Pau López estuvo rápido para despejar el peligro. Orellana se multiplicaba, aparecía por todas las zonas del campo. Un auténtico gigante.
Y en el minuto 83 el que apareció fue Sergio. Raíllo remató tras un saque de esquina y el portero del Celta sacó una mano espectacular para despejar el testarazo. Una parada que valía dos puntos. En los últimos minutos, Nolito se fue lesionado y Pape hizo su debut con el primer equipo en partido oficial. Al final, tres puntos más y una auténtica lección de fútbol y coraje.
Celta: Sergio; Wass, Hugo Mallo, Cabral, Planas; Augusto Fernández, Tucu Hernández; Bongonda (Borja Fernández, min. 70), Orellana, Nolito (Pape, min. 85); y Iago Aspas (Guidetti, min. 80).
Espanyol: Pau López; Javi López, Álvaro, Raíllo, Fuentes; Hernán Pérez, Diop, Víctor Sánchez (Marco Asensio, min. 68), Víctor Álvarez (Burgui, min. 53); Gerard Moreno y Felipe Caicedo (Mamadou Sylla, min. 46).
Gol: 1-0, min. 42: Iago Aspas.
Árbitro: Fernández Borbalán (colegio andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los locales Augusto Fernández, Nolito y Orellana; y a los visitantes Hernán Pérez y Víctor Sánchez. Expulsó por doble amarilla a Tucu Hernández en el minuto 47.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 15ª jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 17.464 espectadores.