Tras sus victorias ante Villarreal y Levante, Celta y Real Madrid se encuentran en lo más alto de la tabla empatados a 18 puntos con el Barcelona. Los blancos son primeros, al contar con mejor ‘gol-average’ general, y los celestes segundos. Este sábado, puede romperse este empate.
Casi 17 años después, Balaídos acoge un duelo en la cumbre. El último, el de enero de 1999, seguro que todavía está fresco en la memoria de muchos celtistas. Y es que para muchos aficionados, aquel Celta de final de milenio fue el mejor de la historia, superando incluso al que logró la clasificación para la Liga de Campeones o al que fue nombrado mejor equipo del mundo según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol en febrero de 2001.
Los celestes encararon ese mes de enero de 1999 tras conseguir la primera de sus grandes gestas europeas en diciembre de 1998: eliminar al Liverpool de la Copa de la UEFA. Era la primera temporada de Víctor Fernández en el banquillo, tras el cambio de tendencia iniciado con Javier Irureta el año anterior.
La alineación que Víctor dispuso ese 16 de enero muchos la pueden recitar de memoria: Dutruel, Míchel Salgado, Cáceres, Djorovic, Berges, Mazinho, Makelele, Mostovoi, Karpin, Juan Sánchez y Penev -Revivo salió desde el banquillo aquel día-. El Celta llevaba meses enamorando con su fútbol a media Europa y enfrente tenía a la otra revelación de la temporada, el Mallorca de Héctor Cúper, que tenía un estilo menos ‘preciosista’ pero incluso más efectivo.
Era la jornada 18 y los baleares llegaban líderes. Stankovic e Ibagaza, entre otros, lideraban a aquel equipo. La lluvia caía con fuerza sobre Balaídos, pero ni el aguacero pudo deslucir el espectáculo. Aquel día el Celta destrozó las estadísticas porque Roa, el meta mallorquinista, no había encajado más de un gol en ningún partido de Liga hasta ese momento. En Vigo le cayeron cuatro.
A pesar de que el dominio y las ocasiones estaban siendo del Celta, el Mallorca empezó ganando gracias a un tanto del ‘Chupa’ López. Pero solo cuatro minutos después, Karpin, el héroe de aquel duelo, hizo el empate. Los baleares no daban tregua y al inicio de la segunda parte Biagini transformó un penalti sobre Stankovic cometido por Míchel Salgado. Y volvió a aparecer Karpin para hacer de nuevo el empate. Los últimos minutos fueron vibrantes, un duelo de estilos prácticamente opuestos: el fútbol ofensivo del Celta frente a las casi perfectas contras del Mallorca. Fueron los celestes los que golpearon. Djorovic hizo de cabeza el tercero y Revivo puso la puntilla en el descuento (4-2).
Aquel liderato duró poco, ya que el Celta lo perdió la semana siguiente al caer en el Vicente Calderón, pero el partido, aquel duelo en la cumbre entre dos equipos no acostumbrados a vivir en las alturas, sigue siendo recordado. Este sábado, los celestes tienen una nueva oportunidad para hacer historia en Balaídos.
Dato facilitado por CeltaHistoria