Decía Berizzo en la previa que era fundamental que el Celta tratase de enfriar la previsible salida en tromba del Granada. Pero parece que sus jugadores no tomaron nota de este detalle. El conjunto local, herido en su orgullo tras la escandalosa goleada recibida en Madrid el domingo, no tuvo que esperar demasiado para congraciarse con su afición. La defensa mandó un balón largo por banda izquierda. Hugo Mallo, en un despiste monumental, dejó que Piti se llevase el esférico y este, totalmente solo, centró raso al área. El Arabi intentó rematar de tacón, pero no llegó. El que sí acertó fue Robert. Su disparo pegó en el cuerpo de Jonny y él mismo recogió el rechace para marcar el primer tanto. Todavía no se había llegado al minuto 3 de partido.
El Celta aún no se había asentado en el césped de Los Cármenes y ya se veía por debajo en el marcador. Tocaba remar contracorriente en un partido en el que no contaba con dos de sus mejores creadores de juego, Orellana y Krohn-Dehli. Al Celta le faltaba frescura y precisión. Enfrente tenía a un Granada que aplicaba a la perfección el ideario futbolístico de Abel Resino, del que ya se pudo disfrutar (o padecer) hace dos temporadas en Vigo. A saber, defensa adelantada, líneas muy juntas, intensidad y verticalidad en ataque. La propuesta no es muy atractiva, pero sí puede resultar efectiva ante equipos preciosistas como el Celta.
Aun así, a los diez minutos los celestes tuvieron una ocasión inmejorable para hacer el empate. Augusto cambio el juego hacia la banda derecha, donde se encontraba Santi Mina. Parecía que Insúa se anticipaba, pero el lateral del Granada no consiguió despejar el balón y este llegó al joven delantero céltico. Mina, solo ante Roberto aunque algo esquinado, se llenó de balón y su disparo seco se marchó alto.
Tras esta jugada, al Celta le costó un mundo llegar a la portería rival. El Granada trataba de afear el partido a base de faltas y pelotazos. Los celestes tampoco tenían fluidez y sus problemas se incrementaron cuando Augusto tuvo que abandonar el campo lesionado en el minuto 25. Álex López entró en su lugar.
De aquí al descanso, los dos acercamientos más peligrosos del Celta fueron invalidados por el colegiado. El primero, por fuera de juego inexistente de Charles. El brasileño, no obstante, envió el balón fuera antes de chocar contra Roberto en una acción en la que ambos pudieron salir mal parados. El segundo, porque señaló una falta previa sobre Nolito cuando Santi Mina pisaba área con mucho peligro. Álvarez Izquierdo se olvidó de la ley de la ventaja. El Granada, mientras tanto, intentaba robar para salir a la contra, aunque apenas logró hilvanar alguna con peligro.
El central local Murillo le quiso echar una mano al Celta antes del descanso. Vio una amarilla a la salida de un córner tras una pequeña trifulca con Cabral y pocos minutos después le hizo una entrada dura a Pablo Hernández que le costó el segundo cartón. El Granada se quedaba con diez y se complicaba un partido que parecía tener más o menos controlado.
Tras el descanso, se esperaba una segunda parte en la que el Celta, con uno más, encerrase en su propia área al Granada. Pero tras unos primeros minutos en los que sí sucedió esto y Cabral dispuso de una buena ocasión tras un pase de Nolito, el conjunto local estiró líneas. Abel Resino fue inteligente. Sabía que si su equipo se atrincheraba en el área el sufrimiento acabaría agotando mentalmente a su jugadores. Por tanto, el equipo nazarí dio un paso hacia adelante.
Al Celta le costaba combinar y las constantes pérdidas de tiempo del Granada estaban cortando el ritmo del partido. Berizzo buscó abrir el campo, dar más profundidad por banda a su equipo, con la entrada de Bongonda. El conjunto celeste comenzó a llegar con más asiduidad. Sin embargo, seguía faltando definición. Hugo Mallo cayó en el área en el 77 y reclamó penalti. Álvarez Izquierdo no estimó oportuno señalar falta.
La apuesta ofensiva de Berizzo se intensificó cuando en el tramo final el Celta pasó a jugar con dos delanteros puros con la entrada en el campo de Larrivey por Tucu Hernández. Bongonda, Larrivey, Charles, Santi Mina, Nolito… Los celestes acumulaban un gran número de jugadores en ataque. Nolito, precisamente, tuvo una buena ocasión a ocho minutos para el final. Envió el balón alto.
El público de Los Cármenes saboreaba ya los tres puntos, cuando apareció Bongonda. El Celta envió un balón al área. Larrivey cabeceó hacia Charles, que, también de cabeza, dejó el balón muerto en el área. Desde atrás llegó el belga para batir a Roberto y amarrar un punto para su equipo en una noche muy gris.
Granada: Roberto; Nyom, Babin, Murillo, Insúa; Rubén Pérez, Iturra; Javi Márquez, Piti (Mainz, min. 44), Robert Ibáñez (Candeias, min. 75); y El Arabi (Jhon Córdoba, min. 64).
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Radoja (Bongonda, min. 67), Augusto Fernández (Álex López, min. 25); Santi Mina, Tucu Hernández (Larrivey, min. 81), Nolito; y Charles.
Goles: 1-0, min. 2: Robert Ibáñez; 1-1, min. 93: Bongonda.
Árbitros: Álvarez Izquierdo (colegio catalán). Mostró tarjetas amarillas a los locales Jonny, Álex López, Radoja y Cabral; y a los visitantes Roberto, Nyom, Córdoba y Piti. Expulsó por doble amarilla al jugador Murillo en el minuto 41.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 30ª jornada de Primera División disputado en el Nuevo Estadio de Los Cármenes de Granada.