Vigo es una de las cunas del fútbol en la Europa continental, porque su puerto internacional atrajo muy pronto a escuadras británicas dispuestas a jugar al balompié. El investigador José Ramón Cabanelas ha demostrado además que el Exiles F.C., equipo formado por trabajadores del Cable Inglés, es el pionero en España, desde que la Eastern Telegraph Company se estableció en la ciudad en 1873. En una crónica hallada por Cabanelas del 10 de junio de 1876 ya se hablaba de fútbol: «Otra vez han vuelto a visitarnos -al Casino- los ingleses. ¡Son tan amables! Caminan como cuatro, pisan como seis y beben como cincuenta. Pescan, cazan, fuman, pintan y juegan a la pelota según su uso y manera».
Todo ello adelanta al fútbol vigués al Recreativo de Huelva, que presume de haber sido fundado en 1889, mientras que, fuera de las islas británicas, los más veteranos serían el francés Le Havre AC, fundado en 1872 (pero que no fue club de fútbol hasta 1894), y el alemán Dresden English Football Club, nacido en 1874. Así que la tradición del deporte rey en Vigo está entre las más antiguas del mundo fuera de Gran Bretaña, donde se considera como el más veterano al Sheffield Football Club, fundado en 1857.
Dos grandes clubes
Pero fue con el siglo XX cuando el fútbol se profesionalizó en Vigo, consolidándose dos grandes clubes: el Fortuna y el Vigo. El primero nació en 1908, y el segundo surgió desde el New Club Vigués de 1906, con sucesivas fusiones con el Sporting Club en 1911 para finalmente dar lugar definitivamente al Real Vigo Sporting Club en 1914.
La rivalidad entre ambos clubes, siendo de la misma ciudad, era enorme y su fama corrió por toda España, donde fueron habituales sus giras para competir con los grandes equipos. Además, desde 1906 hasta 1923, el Fortuna y el Vigo se repartieron sin interrupción todos los títulos del Campeonato de Galicia, el único oficial que se celebraba antes de la fundación de la Liga de Fútbol.
Manuel de Castro
Hace ahora exactamente un siglo, el 23 de agosto de 1923, nacía el Celta. En sucesivos artículos en el diario ‘Faro de Vigo’, el periodista Manuel de Castro ‘Handicap’ fue desgranando la idea fusionar al Fortuna y al Vigo Sporting, los dos grandes clubes de la ciudad. El 15 de junio el primer esbozo del proyecto se presentaba ante la Federación Gallega de Fútbol y, más tarde, el 22 de junio, era aprobado por unanimidad por la asamblea nacional del fútbol en Madrid. Así que aquel verano, convocadas las directivas de los dos clubes fundadores, se decidió todo, a menudo en largas sesiones de debate en los salones de la sociedad recreativa El Casino.
Cuando las ideas estuvieron claras, los socios del Vigo fueron convocados en el cine Odeon, mientras que los del Fortuna se reunieron en los bajos del hotel Moderno, en la Porta do Sol. Unos y otros votaron a favor de la fusión, con sólo diez votos negativos contabilizados. Se formó una comisión con los directivos Bustelo, José Bar, Amador Núñez y Joaquín de Miguel, por parte del Fortuna, junto a Ventura Lago, Manuel Núñez, Fernando de Castro y Juan Baliño, representando al Vigo. Su principal cometido era elaborar los estatutos del nuevo club que nacería aquel verano, sumando la historia del Fortuna, fundado en 1905, y del Vigo Sporting, heredero del Vigo Sport Club fundado en 1903.
Primeras medidas
Entre las primeras medidas de aquel verano fue organizar un concurso de nombres, del que debería salir el del nuevo club. Las cinco propuestas más destacadas fueron Club Galicia, Real Atlético F.C., Real Club Olímpico, Breogán y Real Club Celta. Estos dos últimos quedaron como finalistas en la asamblea general celebrada el 10 de agosto de 1923, a la que asistieron conjuntamente los socios del Vigo y del Fortuna.
Así, el 23 de agosto, a las diez de la noche, se celebró finalmente la asamblea constituyente que aprobó los estatutos, con lo que ese día nacía el Celta. Además, se hacía un llamamiento a todas las personas que quisieran ser socias que se dirigiesen a las instalaciones del directivo Ventura Lago en el número 59 de la calle del Príncipe, donde se abonaría la cuota de entrada de 25 pesetas, con el plazo de inscripción abierto hasta el primero de septiembre.
Junta directiva
El 24 de agosto, la flamante junta directiva del Real Club Celta celebraba su primera reunión, presidida por Manuel Bárcena, conde de Torrecedeira. Le acompañaron en los primeros cargos Manuel R. Cadaval y Manuel Otero Bárcena, como vicepresidentes primero y segundo; Gaspar Barreras, como secretario: José Lago, como tesorero; y Francisco Curbera Tapias, Julio Curbera, José Bar, Joaquín de Miguel, Fernando de Castro y Ventura Lago, como vocales. En cuanto al equipo, como producto de la fusión, se encontraron con una enorme plantilla para empezar la primera temporada, integrada nada menos que por 64 jugadores, por lo que hubo que crear dos conjuntos, el A y el B, para intentar organizar tamaña inflación deportiva.
La sociedad recreativa La Oliva ofreció sus locales como sede provisional para el nuevo club. Y el anhelo de tener una ciudad deportiva propia viene de antiguo, porque ya en septiembre de 1923, el presidente del Celta especulaba con comprar el monte de O Castro, que hasta ese momento tenía carácter militar y pertenecía al Ministerio de la Guerra. “Mi aspiración no para –afirmaba en entrevista con el diario Galicia- si responde el pueblo, si los jugadores se dan cuenta de la alta misión que van a cumplir, llegaré a la adquisición del monte del Castro”.
Campo de Coia
Por de pronto, el viejo e histórico campo de Coia, apodado ‘La Catedral’, sirvió como sede deportiva del Celta en sus primeros cinco años, hasta el estreno del flamante estadio de Balaídos a comienzos de 1929. No le fue mal al equipo en su estreno contra el Cracovia polaco o el Boavista portugués, además de protagonizar una gira por Barcelona, Madrid y Valencia donde dejó una gran impresión.
Nacía así el 23 de agosto de 1923 el Real Club Celta, institución que hoy se hace centenaria.
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