La ansiedad
Al Celta se le nota agitado, nervioso. La derrota en el Sánchez Pizjuán únicamente puede entenderse de esta manera. Un agujero negro está absorbiendo a los de Berizzo y en esta lucha a la desesperada las consecuencias de cada error se magnifican y los aciertos nunca son suficientes. En líneas generales el conjunto vigués cuajó un buen partido porque disputó la posesión durante los noventa minutos en casa del campeón de la Europa League, creó peligro en la portería defendida por Beto y aguantó las pocas embestidas del Sevilla. El problema está en la ansiedad, que se reflejó en Charles cuando falló dos ocasiones claras, en Radoja cuando perdió el balón que desembocó en la expulsión de Planas y en Sergio cuando erró en el tanto del Sevilla. La nave del Celta zozobra con el soplo del más liviano de los vientos. La crisis de resultados se agrava y el gol sigue sin llegar. El Día de Reyes el Athletic visita Balaídos en Copa. Toca liberar tensiones. El equipo necesita volver a creer.
Siempre la misma piedra
El balón parado no tiene una cara para el Celta, solo tiene cruces, tanto en el área contraria como en la propia. Después de que el Almería en Balaídos, justo antes del parón navideño, lograse la victoria por la mínima gracias a que los vigueses regalasen un contragolpe por no finalizar un córner a favor, el Sevilla volvió a sacar petróleo de la misma coyuntura. Saque de falta en el lateral del área de los andaluces, la zaga despeja, el rechace le cae a Radoja que se lía y le regala la pelota a Denis Suárez y Planas termina expulsado -de forma rigurosa- por cortar el contragolpe. Otro partido más cuesta arriba por tropezar en la misma piedra. Las jugadas de estrategia botadas por los celestes tienen más peligro para el Celta que para los contrarios. Además, para redondear la catástrofe, los sevillistas solventaron su rácano encuentro con un libre directo mal tirado.
La tarde más aciaga para Sergio
Si alguien había logrado salvarse del gafe del Celta era Sergio Álvarez. El de Catoira está en el mejor momento de su carrera, brillando con grandes actuaciones en Primera y siendo el héroe de los celestes en las grandes ocasiones. Pero frente al Sevilla pecó de listo y se tragó un gol de libre directo lanzado por Nico Pareja. Cuando el central argentino del Sevilla se disponía a chutar, Sergio quiso anticiparse dando un par de pasos hacia el palo largo. Sin embargo, Pareja disparó fuerte y por el centro, lo que pilló al gallego a contrapié y ya no pudo rectificar su posición. La cuestión no radica en arrojar a Sergio a la pira tras la derrota, ya que las zarpas de ‘O Gato’ han sido fundamentales para que el equipo ha día de hoy tenga un colchón de puntos respecto al descenso.
Superioridad en casi todo, menos en lo que importa
A pesar de la victoria de los andaluces, el Celta provocó que el Pizjuán pitase a su equipo en algunas fases del encuentro. Con un hombre menos durante setenta minutos, los hombres del ‘Toto’ Berizzo llegaron a acorralar al Sevilla en su campo. Krohn-Dehli y Pablo Hernández sumaron esfuerzos con la primera línea de presión celeste para robar numerosos balones en campo contrario y atacar la portería de Beto. Los andaluces jugaron a achicar agua, frenar al Celta a base de faltas -un total de veintiocho-, y salir al contragolpe. Los de Emery solo se encontraron cómodos a partir del minuto sesenta, cuando el cansancio y la necesidad de empatar hicieron mella en la disciplina viguesa. Pero a pesar de que la mayor parte del choque se desarrolló cerca del área sevillista, la superioridad del Celta no se hizo patente donde importa, en el marcador. Ganar en las estadísticas de poco sirve si no se rematan los saques de esquina ni las faltas laterales, si no se finalizan las jugadas y en definitiva, si no se marcan goles.
Los daños colaterales
A la derrota ante el Sevilla hay que sumarle las pérdidas para el siguiente encuentro liguero frente al Valencia (sábado 10 de enero a las 20.00 horas). El próximo fin de semana en Balaídos no estarán ni Planas -roja directa- ni Gustavo Cabral, que vió su quinta tarjeta amarilla por protestar la expulsión de su compañero. Además, tampoco estará Joaquín Larrivey, al que todavía le restan tres partidos de sanción. Otro que tampoco se tuvo que ir contento del Sánchez Pizjuán fue Iago Aspas, que a lo largo de la semana había mandado unas cuantas indirectas muy directas a su entrenador. El moañés recalcó en todas sus declaraciones las ganas que tenía de enfrentarse a sus excompañeros y una vez más, Emery le dejó sentado en el banquillo. Por otro lado, al único jugador que en el viaje de vuelta le sonó el móvil con mensajes de felicitación fue al canterano Borja Iglesias, que ayer se estrenó con el primer equipo. El debut del goleador del filial fue la nota positiva de la velada.